El Día de los Santos Inocentes se conmemora un genocidio, una matanza de niños en el pueblo de Belen, ordenada por el rey Herodes I el grande, rey de Judea, vasallo del imperio Romano, quien según las escrituras religiosas del cristianismo, tuvo miedo de perder su poder terrenal ante el Niño Dios, Jesús de Nazaret, el Mesías, cuyo nacimiento fue anunciado para ese fechas hace 2017 años, en los albores de la Era Cristiana.
Es una celebración estrictamente religiosa que al paso del tiempo se fue tergiversando en hacer bromas, dar noticias falsas o pedir prestado dinero que no se paga a la víctima a quien por caer en el embuste eufemísticamente se le denomina “inocente”.
El rey Herodes se enteró que tres reyes magos buscaban al Niño Dios de pueblo en pueblo, en la región de Judea, para rendirse ante él y hacerle entrega de sus presentes, pues era el tan anunciado Mesías, el rey de señores.
Los hizo seguir pero el trío de magos evadió vigilancia y luego de presentarse ante el Niño Dios en Belén, abandonaron Judea en distinto camino del que habían llegado.
La furia de Herodes se desató y al no poder ubicar al Niño Dios ordenó a sus soldados que consumaran el genocidio, que mataran a todos los niños de Berlen menores de dos años.
Entrevistado en su parroquia de San Judas Tadeo, el cura franciscano Juan Rubio, dijo que esa conmemoración se ha distorsionado, se ha desvirtuado por el consumismo, la adoración del dinero, del poder y la pasión.
Dijo que esa tradición religiosa tiene sus antecedentes, sus orígenes, en la región de Judea.
“A raíz del nacimiento de nuestros señor Jesucristo y ante la incomprensión del rey Herodes, que no quería ceder en su poder, y ante la sabiduría del niño Dios que era un pequeño pero sin embargo era un rey, temía dejar todos sus poderes y autoridades, de tal forma que prefiere matarlo a que el reine en su corazón… Ese es el origen de esta fiesta”.
Ante la pregunta de si esa matanza se podría calificar como genocidio, el prelado respondió: “puede ser, si, sin duda”.
Dijo que para los religiosos de la fe cristiana esa conmemoración representa “tener fe en Dios, confiar mas en Dios y no tanto en el hombre”.
Hizo un llamado a la grey religiosa, a la sociedad en su conjunto, para que “volteen a ver a su señor recién nacido, que es el Príncipe de la paz y no el rey del consumismo, del dinero, de la pasión, del poder”
Las bromas que se realizan por estas fechas celebrando El Día de los Inocentes, distorsionan la conmemoración, pues “no tiene nada que ver con lo que celebramos, es una distorsión, es una desvirtuación”.
Por lo general los religiosos católicos no incurren en esta actitud, ni cometen ese tipo de bromas, por lo que llamó a quienes no son tan creyentes a que “no confíen tanto en ellos, sino en el Dios mas bien”.