Lo que tanto pidió la afición de La Máquina llega cuando el barco está a punto de hundirse; así arriba el nuevo “Jefe” celeste para acabar con el calificativo de equipo frío y romper el estereotipo del técnico de perfil bajo que tanto gusta a Guillermo Álvarez, presidente del club celeste.
El romance entre Boy y su nuevo equipo puede cuajar rápido, por que ya ilusionaba al aficionado, fiel pese a tanto castigo.
El “Jefe” llega a tomar el lugar de Sergio Bueno, quien apenas tenía un pie en La Noria y ya le habían entregado su pase de salida con más pena que gloria.
El nuevo mandamás deberá rescatar un equipo que registra 11 puntos, que marcha en el lugar 16 de la clasificación, pero está a sólo cinco unidades del octavo lugar.
Tomás rompe el estilo de sus antecesores en el equipo cementero, pues es alguien que puede explotar contra sus propios jugadores, retar a la prensa, liarse a golpes con el técnico rival y hasta festejar con todo y baile alguna anotación de los suyos.
Y sus equipos son su fiel reflejo, con garra, meten fuerte la pierna y en ocasiones son tan ofensivos que se enamoran a la fanaticada, algo que necesitan los celestes. (México, D.F.)