Desde hace más de 15 años la Panadería “Don Carlos”, llega de Texcoco, Estado de México, trae la tradición de hacer pan relleno de queso, pan de nuez, de muerto, nata, conchas y gorditas de nata.
Diariamente hacen dos o tres bultos, lo que representa un total de entre seis y 10 bultos durante el tiempo que están en la ciudad: las manos son las fuertes para hacer el trabajo rudo, darle forma al pan, pero también el sabor mexicano.
“Hay temporadas que nos va bien, que nos va mal, depende como este la ciudad, si está tranquila nos va bien, pero esperemos que llegue mucha gente”, dijo Carlos Roldan Martínez, responsable del puesto colocado enfrente de los panteones locales en el boulevard Hidalgo.
SE PIERDE LA TRADICIÓN
Actualmente se va perdiendo la tradición de consumir pan y además hay otras variedades que hacen que el tradicional disminuya.
“Ya salió otro tipo de pan, y nosotros traemos la tradición para que lo sigan consumiendo, queremos que vengan y prueban el sabor de nuestro pan tradicional de toda la República Mexicana”, expresó.
Hay de varios precios de 50, 70 pesos y gorditas de cuatro por 35 pesos, para todos los gustos de las familias que acudan a los panteones.
“Queremos que se siga fomentando la cultura del pan, en muchos estados se está perdiendo la cultura del pan, ya no rinde el dinero, ya no quieren comprar el pan, que vengan a comprar, los invitamos para que vengan a comprar”, dijo Laura Ponce, integrante de la panadería.