Tras once años de trabajo fue liquidado y le entregaron 165 mil pesos, los cuales los quería para cumplir el sueño de toda su vida, que es comprar una casa, por lo que ya la tenía tratada y mandó a su esposa a que depositara el dinero, pero cuando iba llegando a la institución bancaria le arrebataron la pañalera y la despojaron del dinero, además de que a ella la tumbaron junto con su niño de año y medio tras de arrastrarla.
Otra menor, una niña de 3 años, también la acompañaba y empezó a llorar al ver con la violencia con que tiraron a su madre y a su hermanito.
La afectada Edith Reyes, de 32 años de edad, con domicilio en el fraccionamiento Caracol, llamó al 066 y de C-4 le dijeron que no se moviera, pues iban a mandar a las autoridades policiacas para que la auxiliaran. Eso ocurrió a las dos de la tarde pero hasta las 6 pm nadie llegó y como sus hijos ya tenían mucha hambre se retiró a su domicilio.
Dijo que el dinero lo iba a depositar en el banco Santander que se ubica en Plaza Sendero, por la avenida Constituyentes, por lo que ya iba llegando y a la altura de Coppel fue cuando le salió al paso el delincuente, a quien describió como de tez morera aperlada, robusto y de unos 28 a 30 años de edad.
Refiere que el dinero lo traía dentro de la pañalera y que un día antes fue a preguntar a dicha institución bancaria sobre qué necesitaba para ir a depositar los 165 mil pesos y cree que alguien más escuchó, por lo que ya la estaban esperando.
Edith Reyes refiere que su esposo, quien trabaja en la soldadura, fue liquidado por sus 11 años de base y le dieron los 165 mil pesos, hace unos meses.
El dinero lo tenía en su casa y como se iba a ir al Puerto de Higuerillas a trabajar, es por lo que su esposo le dijo que con ese dinero comprara una casa.
Fue así como ya tenía tratada una casa en aquel lugar, donde se iría a vivir con sus dos hijos, ya que su esposo se encuentra en Querétaro.
Sin embargo tenía que depositar el dinero y por ello acudió a Santander, donde abriría una cuenta a eso de las dos de la tarde, donde ya la esperaba el ladrón y sin más le arrebató su pañalera, la cual se la llevó.
El niño resultó con algunos golpes en el cráneo y ella refería dolor en el costado izquierdo. (Matamoros, Tam.)