Ciudad de México
El aspirante de izquierda Andrés Manuel López Obrador acaparó el domingo la gran mayoría de los ataques de los otros cuatro candidatos a la presidencia de México durante el primer debate de cara a las elecciones del próximo 1 de julio, sin embargo insistió en estudiar formas de amnistía para pacificar el país, en su apuesta contra la corrupción y en crear un gobierno que represente “a pobres y a ricos”.
Pese a las arremetidas en su contra, López Obrador se mostró tranquilo y convencido de su victoria. “Esta es la última encuesta, no es para presumir, humildemente, pobremente”, dijo mostrando una gráfica que le daba el 48% de la intención de voto.
Los cinco candidatos debatieron durante dos horas con un formato más ágil que en campañas electorales anteriores, y donde los tres periodistas designados como moderadores no escatimaron preguntas incómodas aunque no todas recibieron respuesta.
La polémica propuesta de López Obrador de otorgar amnistía a algunos criminales acaparó el renglón de seguridad pública.
El izquierdista subrayó que amnistía “no significa impunidad” sino hacer “todo para lograr la paz” y anunció que convocaría a una serie de expertos para definir un plan al que incluso invitó al Papa Francisco.
Pero el resto de candidatos no cesaron en sus ataques.
“Te has convertido en un títere de los criminales”, le espetó el oficialista José Antonio Meade, quien lo acusó de estar en el lado de “los malos”.
Todos reconocieron que las políticas de seguridad no habían tenido buenos resultados, pero los cuatro aspirantes restantes apostaron por que las fuerzas armadas continuaran en la lucha contra la inseguridad.
Otro punto en común fue el fracaso de la lucha contra la corrupción, y hasta Meade, que fue miembro del gabinete durante el gobierno actual y es el candidato por el Partido Revolucionario Institucional del presidente Enrique Peña Nieto, reconoció que el principal problema es que “no investigamos”. Sin embargo, no llegó a contestar una pregunta directa de una de las moderadoras sobre si el mandatario es un político corrupto.
López Obrador apostó por “barrer” la corrupción desde arriba, acabar con los privilegios y subir los sueldos a los de abajo.
“Si esto es ser populista, que me apunten en el lista”, dijo. “No puede haber un gobierno rico con un pueblo pobre”, agregó en referencia a los más desfavorecidos que volvieron a situarse en el centro de su discurso, al igual que en la campaña de 2006.
“No es una elección más, es que las cosas cambien de verdad en el país”, afirmó el hombre que por tercera vez aspira a la presidencia de México. ”Yo lo que busco es la transformación del país y estamos a punto de lograrlo (...) Un gobierno que represente a pobres y a ricos. No les fallaré”.
Ricardo Anaya, segundo en las encuestas y líder de una coalición de derecha e izquierda, pasó gran parte de sus intervenciones mostrando gráficos e imágenes para apoyar sus acusaciones, en especial contra López Obrador, a quien tachó de incorporar a corruptos en sus filas.
Reiteró que está limpio de cualquier acusación en su contra y cuando López Obrador expresó su idea de convocar a consultas para poder revocar al presidente, dijo que eso era “peligrosísimo” y recordó que fue gracias a ese tipo de medidas que el venezolano Hugo Chávez se perpetuó en el poder.
Las posturas más sorprendentes llegaron del independiente Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien habló de “mocharle [cortarle] la mano al que robe en el servicio público” como una medida para atajar la corrupción, una frase que, aclaró, no era una metáfora sino una propuesta literal.
También apostó por una policía cibernética o similar al FBI y no dudó en asegurar que México sería “grandioso” si tuviese un presidente que contestara los WhatsApp de sus ciudadanos, cómo asegura que hizo durante su periodo como gobernador del estado de Nuevo León, en el norte del país.
La política exterior fue uno de los temas ausentes salvo por una referencia de la independiente Margarita Zavala, ex primera dama y única mujer en la contienda, quien enumeró así a los enemigos de México.
“El eje de mi gobierno será defender a los mexicanos, defenderte a ti, defenderte de los corruptos, defenderte de los delincuentes, defenderte de (Donald) Trump, defenderte de los abusos de los partidos políticos, defenderte de las propuestas de Lopez Obrador”.
88 ATAQUES: Y LA MAYORÍA CONTRA ‘YA SABES QUIÉN’…
En el primer debate, los candidatos presidenciales lanzaron 88 ataques, de los cuales 56.8 por ciento fue dirigido contra el aspirante de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
En el encuentro, los participantes emitieron 29 propuestas en total, mientras que utilizaron su tiempo para defenderse en 19 ocasiones y llamaron al voto 5 veces, en específico en su última intervención.
Respecto a los ataques, tanto Ricardo Anaya, candidato de la alianza PAN-PRD y MC, como José Antonio Meade, del PRI-PVEM y Panal, se lanzaron contra López Obrador en 16 ocasiones cada uno.
El independiente Jaime Rodríguez atacó 10 veces al de Morena, mientras que Margarita Zavala lo hizo en 8 ocasiones.
Rodríguez fue el aspirante que más veces atacó, con 23. Además de arremeter contra López Obrador, criticó a Meade y a Anaya cinco veces y a Zavala tres.
Ante los ataques, López Obrador se defendió 11 veces, aunque en al menos tres ocasiones declinó usar su tiempo para contestar señalamientos.
La acusación que predominó contra el tabasqueño fue la de que quiere dar amnistía y perdón a los delincuentes.
Anaya exhibió uno de los libros de López Obrador, quien criticó a Alfonso Romo, su actual asesor en materia económica, y a Meade lo acusó de tener a su nombre tres departamentos, aunque no los reporta en su declaración patrimonial.
Tanto el panista como el priista condenaron que López Obrador proteja en Morena al líder minero Napoleón Gómez Urrutia y a cercanos a la ex dirigente magisterial Elba Esther Gordillo.
Entre las propuestas lanzadas por los candidatos, llamó la atención la de Rodríguez, quien planteó ‘‘cortar la mano’’ a quien robe.