Matamoros, Tam.
Las labores de exploración en el campo de exterminio en un ejido de Matamoros continuaban ayer bajo absoluto hermetismo, luego del hallazgo de tambos con cenizas y huesos, así como de garrafones con residuos de combustible.
Las tareas de investigación a cargo de elementos de la Sedena y personal pericial de la Procuraduría de Tamaulipas iniciaron desde el pasado miércoles, cuando una brigada militar asumió la custodia del ejido La Bartolina, en el área conocida como zona del mar.
El hallazgo de tres tambos de 200 litros cada uno conteniendo fragmentos óseos y los otros recipientes fue confirmado dos días después, el viernes, por un funcionario del gobierno estatal, al señalar que tropas militares en patrullaje de reconocimiento detectaron anomalías sobre la superficie del predio.
A cinco días del descubrimiento del supuesto cementerio clandestino, el Grupo de Coordinación Tamaulipas, que aglutina a las instancias de seguridad militares, federales y estatales, no ha emitido ningún pronunciamiento sobre los avances de la investigación de campo.
‘‘Se desconoce si (los restos) son humanos o de animales. Tampoco se encontraron osamentas o cuerpos carbonizados’’, indicó el funcionario consultado por LA TARDE, quien justificó que el GCT no ha informado sobre los hechos por ser un operativo militar en desarrollo.
El ejido La Bartolina, bajo custodia de elementos del Ejército desde la semana pasada, se localiza a unos cuatro kilómetros brecha adentro hacia el norte a la altura del kilómetro 25 de la carretera federal Lauro Villar que conduce a la Playa Costa Azul.
En una investigación divulgada en la edición digital de Breibart, un medio de comunicación con amplia difusión en Texas, informó que ‘‘las autoridades mexicanas iniciaron una gran operación en una comunidad rural en la región conocida como Playa Costa Azul. A pesar de la operación de búsqueda, el gobierno de Tamaulipas no ha publicado ninguna información oficial sobre el caso’’.
DESDE EL 2011
Breibart precisa que esta incursión coincide con las revelaciones obtenidas de un sicario desertor de un cártel del narcotráfico quien afirma que este cementerio clandestino ha estado en operación desde el 2011 y es utilizado también como campamento de adiestramiento de sicarios.
‘‘Ahí desmembraban a los miembros del cártel rival, así como a las víctimas de secuestro’’, según reveló el exmiembro del grupo criminal.
El testimonio difundido por Breibart precisó que el testigo observó las incineraciones en el ejido La Bartolina y que los restos pulverizados eran esparcidos en lagunas y una área conocida como ‘‘La brecha del infierno’’, a orillas del río Bravo, detrás de una zona conocida como Las Palapas.
‘‘El hombre afirmó que el propósito de esparcir las cenizas fue borrar todos los rastros para no llamar la atención de los militares’’, aseveró el medio.
Afirmó que oficiales de la ley le confirmaron bajo condición de anonimato que se han realizado excavaciones en 14 lugares diferentes dentro de la zona acordonada por los soldados.