Las autoridades ministeriales no pudieron romper el código de silencio que existe entre los internos del reclusorio estatal cuando pretendieron entrevistarse para obtener información sobre los motivos que dieron origen a la trifulca del pasado martes por la noche.
Agentes investigadores se constituyeron en el Hospital General, y hablaron con los lesionados de los cuales 6 son internos del fuero federal y 2 del fuero común, entre los que está un imputado por homicidio y otro por delito de robo.
Ninguno de ellos quiso hablar sobre el origen de la riña en la que afloraron las armas de fuego. La mayoría fueron víctimas de golpes, pero ninguno señala a los internos que los agredieron.
Afirman en su mayoría que ellos vieron que unos reclusos se estaban peleando y como estaban cerca los rijosos se fueron en contra de ellos y los atacaron a golpes.
Negaron conocer quien portaba el arma que se disparó y quien la introdujo al reclusorio. Prefirieron callar y ninguno estaba dispuesto presentar querella por lesiones.
En la dirección del CEDES tampoco les dieron acceso a los investigadores de tal manera que el Ministerio Público no cuenta con elementos para avanzar en la carpeta de investigación que se inició con el levantamiento del cuerpo del reo federal que fue trasladado al SEMEFO poco después de as 3:00 de la madrugada. Incluso hasta ayer nadie lo había reclamado.