Cualquier esquina del centro de la ciudad y de diferentes calles de colonias, es utilizada por jóvenes que aunque tienen toda la vida por delante, prefieren tomar alcohol o consumir drogas.
Los jóvenes que se encuentran completos, sin alguna discapacidad, caminan perfectamente bien y pueden encontrar un empleo, pero el vicio se ha apoderado de su cuerpo y mente.
Algunos piden algunas monedas en cruceros, otros caminan por las calles buscando algo de comida.
Para los peatones que pasan por las calles y encuentran a estos jóvenes, principalmente hombres, les genera temor e inseguridad, sobre todo al pensar que pueden ser asaltados.
La mayoría de los jóvenes que viven en las calles optan por no buscar un empleo y llevar la vida fácil, pero complicada ya que deambulan pese a las altas temperaturas, lluvia o frío.
Las autoridades han hablado de rescatar el tejido social y recuperar a los jóvenes que han ingresado al vicio.