Fuerzas armadas gubernamentales pusieron a disposición de la UGI-2 especializada en robos una camioneta Ford de modelo reciente con blindaje artesanal.
La unidad fue abandonada por sujetos armados durante una persecución debido a la ponchadura de uno de los neumáticos traseros.
El daño que presentaba en la llanta y el rin derecho trasero les impidió continuar la marcha y optaron por dejarla abandonada.
Elementos de la Policía Estatal y Personal del Ejército procedieron al decomiso luego que encontraron reporte de robo en la base de datos.
La camioneta estaba dotada de vidrios a prueba de bala, así como gruesas placas de acero en la parte trasera con orificios que les permitían asomar el cañón de las armas.
La unidad quedó a disposición de la Procuraduría del Estado dentro de la carpeta correspondiente.