CIUDAD DE MÉXICO.
Un grupo de científicos canadienses ha identificado un mecanismo clave en la formación de tumores cerebrales que puede contribuir al diseño de nuevas terapias, según publica este martes la revista Nature Neuroscience.
Se trata del primer trabajo que muestra cómo el gen que codifica la proteína llamada OSMR es un componente fundamental para la proliferación del glioblastoma, un tumor cerebral difícil de operar y que puede mostrar resistencia a la radioterapia y la quimioterapia.
"Para desarrollar mejores tratamientos necesitamos lograr una mejor comprensión de lo que realmente está sucediendo en el interior de esos tumores", afirmó la autora principal del estudio, Arezu Jahani-Asl, en un comunicado de la Unviersidad McGill, en Montreal.
Los investigadores conocen desde hace tiempo que una mutación de otro gen, conocido como EGFRvIII, produce otra proteína responsable del crecimiento del glioblastoma, si bien los tratamientos diseñados para inhabilitar ese gen en pacientes con cáncer han resultado poco efectivos.
Para los autores de este estudio, faltaban "algunas piezas del rompecabezas molecular" para entender por completo el proceso y poder revertirlo.
Jahani-Asl y su equipo fueron en busca de esos fragmentos a partir de tejido obtenido en biopsias y descubrieron que el gen OSMR era especialmente activo en las células del glioblastoma.
Al profundizar en ese hallazgo, los científicos comprobaron a partir de datos existentes en bases de datos hospitalarias que cuanto más activa era la proteína expresada menor es la esperanza de vida de los pacientes.
El equipo canadiense aisló células madre obtenidas del tumor y trató de hacerlas proliferar en el laboratorio para que formaran un gliobastoma en ratones.
Al desactivar el gen OSMR, sin embargo, observaron cómo esas células perdían la capacidad para desarrollar tumores.
"Eso significa que esa proteína es una de las piezas clave del rompecabezas", comentó Michael Rudnicki, coautor del estudio.
El trabajo publicado en Nature Neuroscience subraya que el descubrimiento tiene "importantes implicaciones clínicas" al abrir "un nuevo camino terapéutico para tratar esta devastadora enfermedad".
Los científicos advierten sin embargo de que el desarrollo de una terapia efectiva que utilice estos principios médicos todavía podría tardar años en llegar a los pacientes.