Guadalajara, Jalisco
Velitas, pastel y el festejo esperando con ansia descomunal, pero todo quedó en agua. Se echó a perder.
Juan Pablo Vigón cumplió ayer sus 27 años. Tuvo la posibilidad de darse un inmejorable regalo: de penal, al minuto 83 tuvo la chance de darle el primer triunfo de la campaña a los Zorros, pero todo se esfumó, como agua entre las manos, y el Atlas se conformó con el empate 0-0 ante el Querétaro, en el juego inaugural del Apertura 2017.
Grito en la garganta. Ahí se quedó. Ahogado, como muchos que se han quedado ahí. Los Rojinegros dominaron el compromiso ante los queretanos, pero no fueron contundentes.
Vaya noche. Además del penal errado por el cumpleañero, los atlistas estrellaron tres, sí, tres riflazos en el travesaño. Primero Clifford Aboagye, luego el refuerzo Octavio Rivero y el tercero lo impactó el mismo Vigón, quién salió como capitán y terminó abucheado. La afición no le perdonó errar desde los 11 pasos.
El Atlas no ganó en la cancha, pero sí lo hizo y por goleada en la tribuna. Qué cánticos tan apasionados se escucharon anoche, como queriendo impulsar a un cuadro que quiso, pero que careció de picardía para hacer las anotaciones.
“Eres mi pasión, eres toda mi vida. A la rojinegra la llevo en el corazón”, retumbó una y otra vez el Estadio Jalisco con presencia de 31 mil 810 seguidores.
Parecía que en la recta final Jefferson Duque iba a ser el gran salvador desde la banca, pero le anularon su gol, pues Rivero jaló a un zaguero queretano... y si los gritos ya tenían ahogado al Jalisco, con esto se terminó por cebar una fiesta preparada por dos largos meses.
No hubo boicot por parte de la afición, pero sí un amargo empate, con tres tiros al poste, un gol anulado y una pena máxima tirada con displicencia.
Antes, los Zorros habían mandado tres disparos a los postes en un mismo partido, en el Clausura 2012 contra los extintos Estudiantes Tecos y en el 2014 contra los Rayados.
Así, con el grito atorado, la causa rojinegra se meterá en la Jornada 2 al Estadio Azteca para toparse con el América. Para este compromiso, la afición tiene una petición: ya no quiere más postes.
AMARGO CUMPLEAÑOS
Era su cumpleaños 27. Juan Pablo Vigón se vio determinado a la hora de tomar el balón para ejecutar el penal que fue decisivo, pero lo erró y dejó escapar dos cosas: un festejo a lo ancho y los primeros 3 puntos para el Atlas.
“Me voy con un mal sabor de boca. Es un amargo cumpleaños, me servirá de experiencia, soy una persona muy trabajadora, con una mentalidad muy fuerte para darle vuelta a esta situación”, lamentó Vigón.
“El equipo generó, propuso, nos faltó meterla para cerrar el partido. A mí me tocó la desgracia de fallar el pero así es esto, voy a trabajar para revertir esto”.