Cleveland, EU
Los Warriors extendieron su legado con el tercer título de la NBA en los últimos cuatro años.
Con la misma superioridad que demostró durante las Finales, Golden State barrió a los Cavaliers de Cleveland (108-85) para alzar, una vez más, el trofeo Larry O’Brien, y ubicarse como una de las mejores quintetas en la historia de la Liga.
Kevin Durant fue nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) de la serie, un galardón más a su nutrida vitrina.
Steph terminó con 37 puntos, seis rebotes y cuatro asistencias en el duelo que sepultó a Cavaliers. Kevin Durant aportó 20.
Para el arranque del último cuarto, Golden State amarró una ventaja de 20 unidades, que apagó todas las aspiraciones locales, que callaron hasta el sonido de la chicharra final.
Todavía le falta al equipo de Steve Kerr para alcanzar los 11 títulos de los Celtics, a finales de la década de los 50 y los 60, o los dos tripletes de los Bulls de Chicago, con Michael Jordan al mando. Pero los californianos ya tienen méritos para sentirse una dinastía en la NBA.
James habría jugado su último cotejo como Cavalier en el Quicken Loans Arena. El contrato del astro terminaba esta temporada y no ha llegado a un acuerdo para mantenerse en Cleveland.
Con 23 puntos y ocho asistencias en la derrota de su equipo, ya buscaría una nueva casa. Los rumores lo colocan en Lakers de Los Ángeles o en Rockets de Houston.
Para El Rey fue la sexta serie de Finales en la que se va con las manos vacías y la segunda con una barrida.
En 2007, en su primera etapa con Cavs, perdió los cuatro duelos contra los Spurs de San Antonio.
Cuando jugó en Miami, perdió dos Finales, una con Dallas y la otra con Spurs.
James tendrá en sus pesadillas a Curry y compañía. En sus cuatro temporadas desde su regreso a “casa”, siempre llegó a la disputa por el título, pero Golden State lo venció en tres de ellas.
Golden State también consumó la novena barrida en la historia de las Finales, un poco más de sal a la herida de los Cavs.
Esta vez la incógnita respecto a si los campeones visitarán la Casa Blanca, en la clásica celebración con el presidente, quedó despejada previamente.
Donald Trump anunció que los monarcas de la NBA no están invitados a visitarlo, igual que el año pasado, cuando Curry declinó ir y el magnate, después dijo que era él quien no quería que fueran.