Ninguno de los conductores de las unidades que participaron en el choque registrado en el entronque de calle Rodolfo Garza Cantú y la avenida Victoria (carretera a San Fernando), reconocía su responsabilidad y al culparse mutuamente pusieron en serio aprieto a los peritos viales.
Tanto Julio César Gutiérrez, conductor de la camioneta Ford Explorer, como Ramona Cruz, quien manejaba la Chevrolet Venture aseguraban que los dos tenían la luz verde del semáforo a su favor, lo que los peritos consideraron ilógico debido a la sincronización del aparato electrónico que regular la circulación en ese importante entronque.
La mujer circulaba de norte a sur por la carretera a San Fernando y cuando trataba de dar vuelta en “U”, para cambiar de rumbo, apareció la camioneta Explorer que circulaba a velocidad vertiginosa por la misma carretera pero de sur a norte.
A consecuencia del fuerte impacto la Explorer sin control se proyectó hacia un taller mecánico, derribando un poste de Telmex, mientras que la Venture quedó a escasos metros de otros vehículos que estaban estacionados en una negociación contigua.
En principio, por lo aparatoso del accidente, los testigos pensaron que había víctimas y llamaron a los cuerpos de auxilio, presentándose en el lugar paramédicos de Protección Civil, quienes examinaron a los ocupantes de ambos vehículos, pero no encontraron en ellos lesiones importantes. Ellos mismos descartaron lesiones y prefirieron mantenerse en el lugar, en espera de los peritos viales.
Un ajustador de seguros esperaba que los peritos emitieran su peritaje para asumir la responsabilidad en cuanto a la reparación de daños, si su asegurado tuviera la responsabilidad.