Ciudad de México
Para nada extraños, y mucho menos imperfectos, los integrantes de Enjambre demostraron anoche en el Auditorio Nacional que son capaces de ofrecer encuentros del “Tercer Tipo”.
Así lo comprobaron las 9 mil 500 personas que atascaron el coso para zumbar al ritmo de su rock y rendirles pleitesía.
La experiencia de 16 años de la banda se notó desde que irrumpió en el inmueble a las 21:05 horas, momento en el que Luis Humberto Navejas (vocalista), Rafael (bajo), Julián (teclados), Ángel (batería) y Javier (guitarra) dejaron en claro su poderío escénico.
“¡Hasta que se nos hizo! Moríamos de ganas de estar aquí con ustedes, en el Auditorio Nacional. Todos hemos pasado por momentos duros, unos más que otros, pero esta noche viviremos un par de horas buenas, de lo mejor del 2017”, auguró Luis Humberto.
Los zacatecanos no necesitaron de parafernalia para conquistar a sus fans: un puñado de amplificadores, un sencillo juego de luces y una pantalla gigante al fondo del escenario fueron más que suficientes para arropar a las rolas.
“Celeste”, “Falacia”, “Dulce Soledad” y “Hombre Elefante”, entre otras, transportaron al público, en su mayoría jóvenes de entre 15 y 25 años, a un universo psicodélico, festivo y lleno de buena vibra.
Para dicho viaje, el Auditorio se deshizo de las butacas de las primeras filas y armó una zona general, en donde los fans estuvieron de pie para vivir el rock de cerca.
Enjambre tocó rolas viejas y nuevas, con todo e invitados especiales: un cuarteto de cuerdas para “Rosa Náutica” y los argentinos de Banda de Turistas, durante “Sábado Perpetuo”.