Cómo ahorrar dinero organizando el refri
El aspecto de tu refrigerador puede decir mucho sobre ti y tu alimentación
El aspecto de tu refrigerador puede decir mucho sobre ti y tu alimentación. ¿Abres la puerta a menudo y descubres que solo tienes un yogur y medio limón? ¿Apartando salsas encontraste el otro día unas hamburguesas que estaban a punto de cobrar vida propia? ¿Acumulas alimentos que no necesitas y que tienes que acabar tirando? En México se despilfarran cada año 7,7 millones de toneladas de alimentos y el refrigerador tiene una cuota importante de protagonismo en esta estadística. Tener un refrigerador organizado permite evitar el desperdicio de comida y, por tanto, ahorrar dinero. Ah, y no es difícil, simplemente hay que tener en cuenta una serie de claves…
Acaba primero con los alimentos más antiguos.
Para evitar que la comida caduque, organízala con cabeza: pon en la parte posterior del refrigerador aquellos alimentos con una caducidad más tardía y deja en primera línea lo que vaya a expirar antes. No tiene sentido dejar al fondo aquellos alimentos más antiguos.
Organiza los restos en recipientes de calidad.
Si tienes que almacenar restos de comida en el refrigerador, hazlo en recipientes herméticos, que conserven durante más tiempo esos alimentos en buenas condiciones. Evita todos aquellos recipientes que no aislan los olores de manera eficaz y nunca dejes semiabiertos paquetes.
No dejes comida ya lavada dentro del refrigerador.
Evita la aparición de moho o un envejecimiento más rápido de los alimentos frescos y no los laves a no ser que vayas a consumirlo inmediatamente. No hay nada que se estropee más rápido que un tomate que haya pasado ya por el grifo. Mejor siempre secos.
Separa las verduras que no llevan bien. Nos referimos a, por un lado, el grupo de frutas y verduras que sueltan gas etileno y en el que se incluyen las manzanas, las papas o los tomates. En el otro lado están las verduras de hoja verde, las zanahorias o la coliflor, especialmente sensibles a este gas. Cuanto más lejos estén los unos de los otros, mejor.
Atento a todo lo que se ponga malo (para evitar el efecto contagio).
Hay determinados alimentos en los que, si se estropea un elemento, el resto se van al garete también. Pon atención a paquetes de jamón york, cajitas con fresas o recipientes con quesos. Si en algún momento detectas moho, saca las partes afectadas.
Forra los cajones con papel de cocina.
Tiene la capacidad de absorber el exceso de humedad, por lo que resulta buena idea colocar hojas en los distintos cajones para que la atmósfera no se vuelva excesivamente húmeda y los alimentos se estropeen.
Controla siempre la temperatura.
Ojo, porque cuando un refrigerador se llena a tope comienzan los problemas y hay que ajustar el termostato. Si es verano, el refrigerador está a rebosar y notas pérdida de frío en los alimentos, aumenta la potencia.
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