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Bálsamo para Nacho

Salen las Águilas de la mala racha en su presentación en Concachampions.

  • Por: REFORMA
  • 06 AGOSTO 2015 - .
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El América necesitaba el triunfo de manera urgente y ahora sí no se guardó a nadie de inicio.

Le volvió el alma al cuerpo a Ignacio Ambriz.

El América necesitaba el triunfo de manera urgente y ahora sí no se guardó a nadie de inicio, para salir a darle un repasón al Motagua por 4-0, en el arranque de la Concacaf Liga de Campeones.

Mientras que el torneo pasado, en la Primera Fase de la Concachampions la jugaron con la mayoría de los canteranos azulcremas, ahora no le dieron descanso a los titulares, que tuvieron que salir a mostrar que hay equipo y que tienen deseos de enderezar el rumbo.

Muchas cosas cambiaron con relación a lo que se vio en los dos primeros partidos de las Águilas en el torneo local, para el encuentro de anoche ya tuvieron a la mayoría de sus titulares y varios de ellos se resarcieron de los errores cometidos.

Ventura Alvarado fue el primero en recobrar la confianza, esta vez no solo abrió el marcador al minuto 2, ahora no se olvidó de hacer bien sus coberturas y apoyar a Pablo Aguilar, aunque del conjunto catracho no hubo mucho que cuidarle, prácticamente deambularon sobre la cancha, sin darle batalla a los de casa.

En cinco minutos ya habían dado muestras de su superioridad con un tanto más de Aguilar, y el Motagua ni las manos metió, mucho menos los exigió.

Al no sentir la exigencia, América bajó el ritmo para dedicarse a cascarear, y cinco minutos antes de irse al descanso Oribe Peralta despertó a los escasos aficionados que se dieron cita en el Azteca, con el tercer gol de la noche.

Hasta Rubens Sambueza, quien reapareció como titular se dio el lujo de mecer las redes para clavar el cuarto de la noche en el complemento.

El que no pudo romper con el maleficio que lo persigue desde hace varias semanas fue Darío Benedetto, a quien otra vez se le negó el gol y hasta un par de abucheos se llevó al momento de su relevo.

Se le vio contrariado y Ambriz trató de reanimarlo con un par de palmadas en la cabeza, a sabiendas que si alguien debe recuperar el camino es el argentino, a quien el técnico azulcrema le tiene una fe ciega.

Motagua terminó con 10 hombres por la expulsión de Junior Izaguirre.

No hubo necesidad de jugar a tope el segundo tiempo, había que reservar la gasolina para el encuentro del sábado contra Pachuca, porque ahí sí serán exigidos y ese partido será un parámetro más real para que las Águilas puedan ver si ya están listas para pelear en lo más alto de la tabla o seguirán en el último lugar de la competencia. (México, D.F.)

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