Humillan a Acereros

El novato Carson Wentz todavía no sabe lo que es cometer un error en la NFL.  

Cuando parecía que ayer se sometería a una de sus pruebas más complicadas en apenas su tercer juego como profesional, el pasador de las Águilas aprobó con nota destacada, pues comandó la victoria de su equipo 34-3 frente a los Acereros, que estaban invictos y arribaron al Lincoln Financial Field con un promedio de 30 puntos por encuentro.

Wentz, reclutado en abril pasado en la segunda selección global del Draft, suma 102 pases sin intercepción, la mayor cantidad de envíos sin un ovoide robado para un novato desde el inicio de un calendario regular.

“Todo el mundo sigue esperando por ese error de novato y no está sucediendo. Lo que él (Carson) está haciendo es especial y es un testimonio de su preparación y comportamiento’’, resaltó el safety Malcolm Jenkins.

Además del temple del mariscal emplumado, otra clave fue que la defensa que comanda el entrenador Jim Schwartz mantuvo a raya a Ben Roethlisberger, quien fue capturado en cuatro ocasiones e interceptado en una; además cometió un balón suelto.

Si bien el receptor Antonio Brown terminó la tarde con 140 yardas, poco pudo hacer para que Pittsburgh cayera por diferencia de 31 unidades. La última ocasión que los Acereros vieron una desventaja como la de ayer se dio en la Semana 1 de 1997, cuando los Vaqueros de Troy Aikman los tuvieron 37-0 en un duelo que finalizó 37-7.

Y en la Semana 2 de la campaña 1989, Pittsburgh también sucumbió por 31 puntos luego de caer 41-10 contra Cincinnati.

Por si fuera poco, Wentz puede presumir que acabó con la racha de 305 cotejos que tenían los Acereros sin perder por al menos 30 puntos, que era la más larga en activo de la NFL.

Tras la victoria de ayer, el entrenador en jefe Doug Pederson y Wentz igualaron a Rex Ryan y Mark Sánchez como las únicas duplas de coach-mariscal novatos en la historia de la Liga que arranca un rol regular con 3-0.