¡Noche mágica!
Ni la Maldición de la Cabra ni un retraso de casi 20 minutos por lluvia evitaron que los Cachorros rompieran una sequía de títulos en las Grandes Ligas de 108 años.
El sufrimiento ya era costumbre entre los aficionados de los Cachorros de Chicago.
Ciudad de México
El sufrimiento ya era costumbre entre los aficionados de los Cachorros de Chicago, que obliga a un séptimo juego en la Serie Mundial ante Cleveland, convirtiéndose en la sexta novena en levantarse de un 1-3 en un Clásico de Otoño y el cuarto que lo hace como visitante.
Todo iba conforme al guión soñado para los oseznos, pues al llegar el octavo rollo tenían ventaja de 6-3 y al implacable cerrador Aroldis Chapman en la loma. Sin embargo, después de dos outs, un cuadrangular de La Tribu igualó la pizarra.
La lluvia se hizo presente después de que en la novena no se hicieran daño y tras la pausa, las acciones se reanudaron para el décimo capítulo, en el que Ben Zobrist se convirtió en el héroe al remolcar la rayita de la diferencia y adjudicarse el premio al Jugador Más Valioso de la eliminatoria.
“Durante el retraso (por lluvia) tuvimos una charla, nos dijimos que somos los mejores y que teníamos que sacar esto adelante”, relató el utily al final del partido.
Casualmente, el año previo, Zobrist también grita “campeón” con los Reales de Kansas City.
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