Duró perdido 9 años debido a sus adicciones
Juan Carlos, no pudo comprobar su identidad y tampoco la de su familia, por lo que permaneció 7 años internado en un centro de rehabilitación
CULIACÁN, Sinaloa.- Perdido, y caminando de manera extraña por sus adicciones, Juan Carlos vagó sin rumbo durante dos años y por más de 200 kilómetros hasta encontrarse con un centro de rehabilitación en el municipio de Navolato, al norte de Sinaloa.
Residente de Mazatlán, Juan Carlos no pudo comprobar su identidad y tampoco la de su familia, por lo que permaneció siete años internado. Nueve años en total en que su familia no supo nada de él, hasta que las autoridades judiciales del Estado lograron ubicarlo gracias a la madre del paciente.
La Fiscalía General del Estado reveló que el caso logró ser resuelto porque la madre de Juan Carlos, presentó el 2 de junio pasado una petición de ayuda ante la Agencia Especializada en Desapariciones Forzadas de Personas, no Localizadas o Ausentes en la región Sur.
Los familiares de Juan Carlos Sánchez Rodríguez lo vieron por última vez en Mazatlán, ciudad testigo de sus adicciones en el año de 2009. Lo buscaron intensamente, sobre todo en los lugares donde solía vagar, por el puerto.
José de Jesús, hermano mayor de Juan Carlos narró a las autoridades judiciales que por un largo tiempo buscaron indicios de su paradero. Lo buscaron entre amigos, conocidos y vecinos de las colonias donde solía deambular por sus adicciones a las drogas. Incluso, llegó a pensar que algo malo le había ocurrido y podía estar sepultado en una fosa común.
José Luis Leyva Rechín, coordinador general del área Especializada en la Desaparición Forzada de Personas, dio a conocer que con auxilio del Centro de Rehabilitación de Navolato, se logró establecer la identidad del hasta entonces desconocido, así como de otros dos pacientes, cuyas familias, presuntamente, también los buscan.
Con datos confirmados y fotografías, autoridades estatales consultaron a la familia de Juan Carlos, quienes en primera instancia dudaron de la identidad de su pariente, por su aspecto; sin embargo, fue gracias a una cicatriz, producto de un accidente de niñez en uno de sus codos que la familia pudo reconocerlo, nueve años después.
El director del centro de rehabilitación que recibe apoyos de la Fundación Slim y del Consejo Estatal contra las Adicciones, José Alberto Magallanes, refirió a las autoridades que Juan Carlos, ingresó, sin conocer su nombre, el 14 de mayo de 2011 al centro de rehabilitación, en calidad de indigente.
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