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Ejecutado

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Por no pagar piso



Desde hace tres meses lo intentaban extorsionar en Monterrey



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  • 25 SEPTIEMBRE 2013 - 06:00 a.m..
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El comerciante Alejandro Castillo López-Midence, de 42 años de edad, fue ejecutado ayer dentro de su camioneta por un sicario que lo atacó cuando estacionaba su vehículo en el sur de Monterrey, a unos 20 metros de su oficina.
Según personas cercanas a la víctima y su familia, el crimen fue por la resistencia de Castillo a pagar piso a una banda de la delincuencia.
Estas versiones aseguran que desde hace tres meses se intensificaron los intentos de extorsión por parte de un grupo del crimen que mantiene asolado a ese sector de la Ciudad.
La ejecución fue reportada a la Policía de Monterrey y a la Ministerial a las 18:50 horas en el cruce de las calles Hamburgo y Privada Valencia, justo afuera del Instituto Excélsior de Monterrey, en los límites de las colonias Altavista y Nueva España.
Con el asesinato de ayer ya suman seis ataques cometidos en un lapso de 15 días contra comerciantes que presuntamente se han negado a pagar cuota a grupos delictivos.
Castillo era el dueño de la empresa Valores Alimenticios, que tiene sus oficinas en la colonia Altavista.
En los últimos años fue uno de los principales proveedores de materia prima para repostería de las tiendas Soriana y otras empresas.
De acuerdo con las primeras versiones del asesinato, recabadas por la autoridad con testigos, Castillo estacionó su camioneta Acura MDX por la calle Hamburgo, afuera de las instalaciones del plantel educativo y cerca de las oficinas de su empresa.
En ese momento, en la acera norte de la misma calle, explicaron los testigos, estaba un hombre a bordo de una motocicleta, quien, al ver llegar a Castillo, cruzó la calle y se le acercó a pie por la ventanilla del acompañante para dispararle en tres ocasiones.
Para tratar de ponerse a salvo, relató un testigo, la víctima abrió la puerta del lado del conductor y trató de salir del vehículo, pero ya había sido herido en el pecho.
Tras el ataque, el sicario corrió a la motocicleta y huyó en ella.
Castillo era originario de Culiacán, pero radicado desde hace muchos años en Monterrey, cuando llegó a estudiar al Tec.
Al comerciante le sobreviven su esposa y dos hijos: una niña y un niño, este último considerado una de las promesas infantiles más importantes del golf a nivel nacional. (Monterrey,  NL / Reforma).



 



 



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