Lo perdió todo por el alcohol

Seres humanos que por razones desconocidas para muchos, comienzan a ingerir bebidas alcohólicas, que a lo largo de los años los lleva no solo a perder lo que tiene de valor sino más allá de lo imaginable.
La autoestima decae desde que comienza a crecer pues este se desarrolla dentro de una ambiente muy difícil para un niño, que con el paso de los años le va causando un daño emocional difícil de curar.
Manuel Martínez de 42 años, dice que el creció dentro de una familia funcional, pero nunca pudo contar con esa familia, pues él desde que tenía pocos meses de nacido, una de las vecinas se lo llevó con ella y lo comenzó a criar.
“Cuando tenía como 12 años llegaron mis hermanas y me llevaron a la fuerza con mi familia biológica, pero cuando ya estaba con ellos los tratos que me daban era de una personas totalmente desconocida para ellos, debido a los años que estaba al lado de mi mamá”, dice Martínez.
El daño que le causaron al ser una persona totalmente ajena a la familia, recuerda Manuel, fue catastrófico pues ya no pudo pertenecer a la familia que lo crió ni a la familia biológica.
Al no contar con un apoyo por parte de los padres ni de sus hermanos, Manuel buscaba la manera de poder comprender las cosas que estaban sucediendo a su alrededor.
Conoció el alcohol y se apoderó de él para siempre, en el se fugaba de la realidad y de vez en cuando pasaba a visitar a la mamá que se encargó de el desde que lo acostaban en un cucharón de una báscula en la tienda que ella tenía en ese tiempo subraya.
Comenzó a vivir en Estados Unidos, desde los 15 años encontrando una libertad que no esperaba, de ahí  se casó por primera vez a los 19 años, su primer esposa le dio dos hijos que en la actualidad el mayor tiene 25 años, aunque afirma que tiene una hija dos años mayor.
después que se separó de su primer esposa conoció a quien sería su esposa en la actualidad. “tuvimos dos hijos pero el más grande se me murió recién nacido, tal vez por negligencia médica pero pues ya se me fué sólo tengo al de 10 años, pero por el momento no vive conmigo”.
La soledad, el tener que vivir solo sin hablar con nadie cuando ya no esta trabajando, Manuel, con su mirada perdida en el horizonte, dice que para él es lo mas difícil de vivir y enfrentar.
“Ya no volví a ver a mi mama después de que me vine de mi pueblo y hace poco por medio del face supe que se me había muerto, le di más duro el chupe hasta que mi esposa me corrió de mi casa, ahorita estoy buscando dejar de tomar no para que regrese conmigo lo que pasa es que ya me hizo daño”
Después de que el alcohol y las drogas se apoderan de las personas vienen los daños morales y pérdidas económicas por eso es necesario a veces el internamiento en uno de los lugares de autoayuda.
Cuando mi vida ingobernable, influenciaba en todas las facetas, cuando las botellas se convirtieron en símbolos de mi libertinaje y de la satisfacción inmoderada de deseos, cuando me di cuenta de que por mi mismo no podía hacer nada para sobreponerme al poder del alcohol, me di cuanta que no tenía otro recurso que la rendición, en la rendición encontré la victoria.
Victoria sobre mi egoista inmoderación, sobre mi necia resistencia a la vida tal como se me había dado, cuando dejé de pelear contra todos, empece mi caminar por el sendero de la sobriedad, serenidad y de la paz.
”Lo mas difícil es que la vida sigue, aunque hayas perdido a tu mamá, a tu esposa e hijos incluso el trabajo, el tener que aceptar todo es lo más difícil pero al lado de mis compañeros y el apoyo si se puede y solo por hoy, no se puede seguir adelante” finalizó. (Por Sergio Favela / sergio.favela@latarde.com.mx)