Iglesia estaba lista para renuncia de Benedicto XVI: prelado mexicano

“Fue un giro histórico que ha permitido una renovación profunda en la Iglesia y ha colocado a todos los seguidores de Jesucristo en una relación más auténtica, sincera y directa con los valores del evangelio”, dijo a Notimex el arzobispo mexicano Jorge Carlos Patrón.

Hace un año, Patrón guiaba la diócesis de Papantla, en el oriental estado mexicano de Veracruz, mientras que ahora es un cercano colaborador del Papa Francisco como secretario para los seminarios en El Vaticano.

Patrón calificó a Joseph Ratzinger como un “gran reformador”, cuya renuncia forma parte de los cambios definitivos que provocaron un golpe de timón en la Iglesia y por eso pasará a la historia, también, como un servidor.

“No estábamos preparados humanamente para esa noticia inesperada, pero la Iglesia sí estaba lista, tan estaba lista que los efectos posteriores a la renuncia de Benedicto XVI han sido muy positivos, demuestran que es obra de Dios”, sostuvo.

“Todos los temores que se tenían sobre la convivencia de dos Papas han desaparecido, todo el desconcierto de las primeras 24 horas se han convertido en aciertos y certeza de esperanza, de fe y de misericordia. Al final ganamos”, añadió.

Este 11 de febrero en El Vaticano se sucedieron, uno tras otro, los recuerdos de aquella noticia que conmovió al mundo, pronunciada por el Papa a las 11:40 horas locales (10:40 GMT) de un día gris y lluvioso.

Ante los cardenales reunidos en un Consistorio, una reunión de agenda durante la cual se iban a tratar asuntos generales, el Papa dio lectura a un texto de poco más de 20 líneas que sacudió a los presentes.

“Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”, dijo entonces el obispo de Roma.

“Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando”, agregó.

Apeló a un mundo actual “sujeto a rápidas transformaciones” y “sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe” que exigen entereza en cuerpo y espíritu al Papa, vigor que en los últimos meses disminuyó, llevándolo a reconocer su incapacidad para ejercer su ministerio.

“Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los cardenales el 19 de abril de 2005”, manifestó Benedicto XVI.

“De forma que, desde el 28 de febrero de 2013 a las 20:00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo sumo pontífice”, apuntó.

Al final de su renuncia, Joseph Ratzinger agradeció “por todo el amor” y “el trabajo” de los cardenales y pidió perdón por todos sus defectos.

Tras escuchar las palabras del Papa, el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, afirmó que aquel anuncio fue “como un rayo que cayó en medio de un cielo sereno”. (Ciudad del Vaticano / Notimex)