Derrotados y sin un centavo

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Felipe Lemus Herrera, originario de Nueva Italia, Michoacán; Salomé García Cambero, de Nayarit así como Mario Tiapa Morfín, de Citlala, Guerrero, fueron abordados por LA TARDE a unos minutos apenas de haber arribado a la Garita Juárez. Ahí fueron entrevistados cuando descansaban en la escalinata del edificio.
Lemus Herrera relató por su parte que “yo iba a Estados Unidos con la esperanza de ganar más dinero y con él darle una vida mejor a la familia. Desafortunadamente esto no pudo ser posible y cuando ibamos rumbo a Houston, Texas nos ‘cayó la migra’ y echó a perder los planes que tenía. Ahora no queda más que regresar al lugar de donde salí. El plan era llegar hasta San Luis, Missouri en donde tengo familia y ahí pensaba encontrar trabajo.
En Michoacán, como trabajador agrícola, llegué a ganar hasta $300.00 diarios pero esto no alcanzaba más que para mal comer en la casa, añadió.

OBLIGADOS POR LA CRISIS ECONóMICA
De taquero y ayudante de carpintero en su tierra, Salomé García Cambero tomó la decisión de cruzar el Bravo por lo que pagó $1,250 (dólares) para llegar únicamente más adelante de McAllen. De ahí a Houston el viaje le costaría en  total $2,700 (dólares). Dijo tener esposa y dos hijos uno de seis y una de dos a los que con lo que ganaba apenas alcanzaba para ‘medio alimentarlos y medio vestirlos. Salía apenas para el puro gasto. Ahora no queda más que volver a intentarlo pero más adelante, por el momento no porque las cosas están difíciles.
Dijo sentirse triste porque tenía mucha confianza de llegar a Atlanta en donde conseguiría trabajo y muy pronto pensaba enviar parte del dinero que ganaría para apoyar a su familia.
“Me siento derrotado, pero todavía tengo ánimos para volver a intentar lo que nos hemos propuesto.” Dijo el nayarita que ya son dos veces que es deportado.

LA OTRA HISTORIA
Mario Tiapa Morfín, de Citlala, Guerrero narró su historia en la que destacó que “andamos por acá obligados por la crisis económica que padece México. No hay suficiente trabajo y cuando uno lo encuentra, recibe un sueldo que no alcanza nadamás que para ir sobreviviendo. Vivimos al día y la verdad que yo quiero algo mucho mejor para mí esposa y para mí hijito, por eso crucé el Bravo en busca de trabajo, de dólares y para mejorar la vida de mí familia”.
Lamentó que lo haya detenido migración americana junto con otras 11 personas más, entre ellos varios mexicanos igual que él.
Pero bueno, ahora hay que esperar dijo, que su familia le envíe dinero para regresar a su tierra. (Por Rubén Hernández Olmeda / ruben.hernandez@latarde.com.mx)

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