En Guerrero.... se adelantan
En un cálculo conservador, los productores de opio en La Sierra generan al menos 105 millones de pesos cada tres o cuatro meses. Es decir, un promedio de 400 millones de pesos anuales sólo en producción de goma, que tiene un costo de 27 mil a 30 mil pesos por kilogramo
Luego de que su administración calificó la estrategia federal contra la delincuencia como “desorganizada y poco eficiente” por no haber tocado los millonarios ingresos y el lavado de dinero del narcotráfico, el gobernador priísta de Guerrero, Héctor Astudillo, planteó la necesidad de legalizar el cultivo de la amapola con fines medicinales y científicos.
Astudillo pretende así reducir la inseguridad y extrema violencia que se viven en la entidad, fenómenos generados por la disputa que mantienen grupos delincuenciales por el control de las zonas de producción y trasiego de droga.
Desde el año pasado, reportes oficiales indican que el gobierno federal sabe que en la Sierra de Guerrero ya no sólo se produce goma de opio, sino que los grupos criminales se enfocan en la elaboración de la heroína blanca o China white, la cual se exporta a Estados Unidos, donde es uno de los narcóticos de mayor demanda.Un kilogramo de China white tiene un precio en el mercado de 23 mil dólares; la zona de la Sierra de Guerrero se ha convertido en el principal productor de esta droga, procesada en laboratorios clandestinos en esta franja de la entidad considerada la principal productora de amapola del país, indica un reporte oficial de la Policía Federal difundido en febrero de 2015.
En concordancia con la postura de Astudillo, Ricardo Mejía Berdeja, diputado local por Movimiento Ciudadano (MC), presentó ante el pleno del Congreso de Guerrero una iniciativa que prevé solicitar al Congreso de la Unión la modificación de tres instrumentos normativos para legalizar el cultivo de amapola en la entidad: la Ley General de Salud, el Código Penal Federal y el Código Federal de Procedimientos Penales.
La propuesta del coordinador de MC en la LXI legislatura local plantea una ruta alterna con un enfoque sanitario del opio y sus derivados, para emplearlos como analgésicos siguiendo “el modelo de éxito” de Turquía e India, con el argumento de que la Organización Mundial de la Salud sostiene que los opiáceos son más eficientes que otros fármacos para el alivio del dolor.
La iniciativa –turnada a las comisiones de Salud y Justicia para que en los próximos días se emita el dictamen correspondiente– abrió el debate sobre este tema en esta entidad, que los reportes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Procuraduría General de la República (PGR) ubican como la principal productora de amapola en el país y donde al menos nueve organizaciones criminales tienen presencia y controlan las actividades delictivas en las siete regiones, en contubernio con autoridades locales.
Por su parte, Rigoberto Acosta González, quien fue secretario de Desarrollo Rural en el gobierno de Rogelio Ortega, considera necesario elaborar una estrategia integral enfocada no sólo en la legalización, sino también en generar alternativas de desarrollo para los campesinos productores de amapola; argumenta que de las más de 18 mil familias que habitan en la zona de la Sierra, 90 por ciento tiene relación directa con la siembra y producción de estupefacientes.
En entrevista con Proceso, el exfuncionario propone abrir el debate para que participen representantes de diversos sectores sociales; y también el Ejército, para que explique las causas del crecimiento exponencial del cultivo de enervantes en la entidad en coincidencia con las operaciones de contrainsurgencia en la Sierra.
Al respecto, dice que la estrategia de combate y erradicación de enervantes dirigida por el Ejército se ha caracterizado por sus contrastes, ya que hay zonas con fuerte presencia militar y otros puntos de la Sierra donde “el vacío de autoridad es evidente”.
Acosta, quien actualmente dirige la organización Consejo Regional de la Sierra de Guerrero (Cresig), asegura que las políticas de gobierno han fomentado el cultivo de enervantes en comunidades marginadas de La Sierra y La Montaña.
El pasado lunes 7 el gobernador Astudillo anunció durante un acto oficial que la inversión total del programa estatal de fertilizante gratuito que ya se está aplicando asciende a 393 millones de pesos para beneficiar a 265 mil productores agrícolas de los 81 municipios de Guerrero.
A este programa se le considera un negocio de las autoridades estatales y municipales en turno, pues otorgan contratos millonarios sin licitar a empresas particulares para la adquisición del fertilizante e inflan los padrones de campesinos.
No obstante, la mayor ganancia está en la producción de la goma de opio y en el proceso químico para la elaboración de la heroína, cuyo precio se ha incrementado de forma proporcional a la inseguridad, muerte y violencia en la entidad.
EL PRECIO DEL OPIO
Hace más de 10 años, en agosto de 2005 este reportero recorrió diversas comunidades del Filo Mayor de la Sierra, donde entonces los sembradores de amapola vivían ajenos a la confrontación que mantenían los cárteles de la droga por el control de las zonas urbanas de la entidad, principalmente Acapulco.
El kilogramo de goma de opio se cotizaba entonces en 10 mil pesos en temporada de lluvias y 20 mil durante la sequía; esta cantidad ya procesada representaba 100 gramos de heroína en polvo.
Ahora el dirigente del Cresig afirma que, en un cálculo conservador, los productores de opio en La Sierra generan al menos 105 millones de pesos cada tres o cuatro meses. Es decir, un promedio de 400 millones de pesos anuales sólo en producción de goma, que tiene un costo de 27 mil a 30 mil pesos por kilogramo, indica.
El precio se eleva cuando la goma es procesada para producir heroína y su valor sube hasta 7.5 u 8 millones de pesos por kilogramo. “Ahí radica el germen de la delincuencia y el origen de la violencia” por el control de las zonas de producción y trasiego de droga en la entidad, señala.
Agrega que 90 por ciento de la heroína que se procesa en laboratorios clandestinos en la entidad, va para la industria farmacéutica de Estados Unidos, donde se elaboran calmantes derivados del opiáceo; sólo 10 por ciento se vende en las calles para los adictos.
Acosta señala que decidió hablar sobre las ganancias millonarias que genera la producción de goma de opio y la elaboración de heroína en La Sierra, luego de que el gobernador Astudillo lanzó la propuesta de legalizar el cultivo de amapola para fines medicinales, porque en otro momento hubiera sido imposible referirse a este tema.
LA INICIATIVA
El jueves 17, el coordinador de la fracción de MC, Ricardo Mejía, presentó ante el pleno del Congreso estatal una iniciativa para legalizar el cultivo de amapola, argumentando que de esta forma se espera generar beneficios económicos para los agricultores que la cosechan y se prevé que la producción se realice en lugares donde ya existe un conocimiento de su cultivo.
De esta manera se impacta, según Mejía Berdeja, en los ingresos de los grupos criminales vía la alteración del precio de la materia prima y se permitirá que los campesinos tengan opciones –alejadas de las mafias– para colocar sus productos en el mercado.
La propuesta de MC señala que ni los decomisos, detenciones de capos y desmantelamiento de organizaciones han podido detener las muertes ni el crecimiento exponencial de esta industria, y tampoco han reducido el crecimiento del flujo de narcóticos prohibidos ni la crisis humanitaria que viven los desplazados internos en el marco de la guerra contra el narcotráfico.
“Guerrero ya ha pagado una cuota elevada de sangre ante la férrea postura del prohibicionismo extremo que ha fracasado. Es momento de revertir los efectos de la narcoviolencia y convertir una amenaza en una oportunidad”, expresó Mejía Berdeja.
También señaló que hay quienes sostienen que gran parte de la tragedia por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa tiene que ver con “el tráfico escandaloso de heroína” que tiene como epicentro la ciudad de Iguala.
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