Claves para no enfermarse de gripe este otoño
Según los expertos, no hay una fórmula mágica para evitar la enfermedad, pero sí se lo podemos poner difícil
Tenemos gripe cuando nos hemos infectado por el virus de la influenza A, B y C (esta última es muy ocasional, muy poco frecuente y, si aparece, lo hace como un resfriado). Contagiarse es tan fácil como que nos caigan gotitas de saliva o secreciones nasales que se expulsan al toser, hablar o estornudar (por ello se recomienda no estar más cerca de metro y medio del enfermo).
La temporada 2015-2016 se consideró un año de baja incidencia. Entre un 10 y 15% de la población se enferma de gripe al año; por ello, hay que protegerse.
Los siguientes consejos le ayudarán a reducir las probabilidades de enfermarse.
LIMPIAR Y VENTILAR LA CASA (BAJA EL RIESGO EN UN 40%)
Ventilar es muy importante. Una habitación cerrada es siempre un caldo de cultivo para los virus. Las autoridades sanitarias recomiendan hacerlo al menos 3 veces al día, además de cuidar la limpieza de la casa: aspirar en lugar de barrer, desinfectar chapas, teléfonos, mesas y sillas; y limpiar el polvo con trapos húmedos, nunca secos.
BEBER MUCHO LÍQUIDO (BAJA EL RIESGO EN UN 10% O 20%)
“El virus de la gripe entra por las mucosas respiratorias, que son una barrera de protección ante virus y otros organismos. Hay gente a la que la faringe le segrega poco moco, está más seca, lo que provoca que el virus se adhiera mejor, se adentre más cómodamente y se haga más resistente. De ahí que los fumadores tengan muchas probabilidades de pasar una gripe cada año y que ésta se presente con una infección mayor”, explica Cañada Merino. Beber una gran cantidad de agua hidrata esa mucosa y se pueda expulsar más fácilmente.
EVITAR EL FRÍO Y LOS AMBIENTES SECOS (BAJA EL RIESGO EN UN 20%)
Al virus de la gripe le gusta el frío. Entra por las zonas más gélidas de las fosas nasales y varios estudios han llegado a la conclusión de que estas temperaturas bajas favorecen su reproducción. “Con el frío, la movilidad de las vellosidades (cilios) es menor, por lo que pierden esa capacidad para controlar el paso de los virus y es más fácil que se asienten”, explica Miriam Fernández. Lo mismo ocurre con la humedad del ambiente.
LAVARSE LAS MANOS CONSTANTEMENTE (BAJA EL RIESGO DE ENFERMAR EN UN 90%)
Las bacterias pueden sobrevivir en un pañuelo o en el suelo, pero los virus solo viven dentro de la célula de un mamífero. Aunque eso no significa que el virus de la gripe no pueda resistir un tiempo en superficies exteriores. Por ejemplo, en un pañuelo o en nuestra ropa puede quedarse hasta 12 horas, en una superficie lisa como el acero hasta 48 horas y en las manos no permanece más de 5 ó 10 minutos.
HUIR DE AGLOMERACIONES Y ESPACIOS CERRADOS (BAJA EL RIESGO EN UN 50%)
Según un estudio realizado por epidemiólogos de la Universidad de Arizona, una sola persona infectada en una oficina puede contagiar a la mitad de sus compañeros en menos de 4 horas. Estos científicos contaminaron una puerta con un virus que no infecta a personas, pero que es muy parecido a la gripe, y a las dos horas, ya estaba en el comedor, los baños, las oficinas y despachos. Otros 120 minutos después, se había extendido a las superficies y en las manos de la mitad de la plantilla.
VACUNARSE (BAJA EL RIESGO EN UN 70%)
La vacuna no es obligatoria para la población sana, pero es muy recomendable para los grupos en riesgo. En bebés, embarazadas, mayores de 65 años y personas enfermas con el sistema inmunológico débil, la gripe puede derivar en alguna complicación, por ejemplo, neumonía. Hay que ponérsela cada otoño, porque el virus de la gripe cambia de temporada en temporada y nuestras defensas no son capaces de reconocerlo, o solo lo hacen parcialmente. Aún así, su efectividad no es total.
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