Muros que inspiran
En el Panther Coffee en el barrio de Wynwood, Miami, se sirven cafés provenientes de países como Nicaragua y Etiopía.
Miami, EU
Jimi Hendrix no ha muerto. Ese es el primer pensamiento que tenemos tras ver a un joven de piel morena, que bien pudiera tener 27 años, con una banda de colores sobre su cabello afro y camisa con mangas acampanadas, pasear con guitarra al hombro a bordo de una patineta color amarillo por las calles del ecléctico barrio de Wynwood.
A la distancia, lo observamos mientras se detiene en una sucursal del Panther Coffee -2390 NW 2nd Ave-, una de las cafeterías más populares de la ciudad, y comienza a instalarse en una mesa de la terraza en miras de practicar unos acordes.
Nadie se inmuta con su presencia, demostrando cómo en este distrito cualquiera se puede expresar libremente. Da la impresión de que aquí todo es posible, incluso revivir a una estrella de rock.
Cada superficie que apreciamos nos invita a echar a volar la imaginación, ya sean las paredes llenas de grafiti o los murales pintados por artistas de renombre de varios países, entre ellos México, Alemania, Inglaterra, Singapur y Japón.
Destacan obras realizadas por Os Gemeos (Brasil), Obey (EU) y Retna (EU), que pueden conocerse gratis en Wynwood Walls -2520 NW 2nd Ave-.
Hay que traer la cámara con suficiente batería, pues uno querrá capturar los sublimes y monumentales trabajos desde todos los ángulos posibles.
Si bien existen paseos callejeros guiados, como los de Wynwood Mural Tours que cuestan desde 30 dólares por persona, la zona se presta para que cada quien arme su propio recorrido. Merece la pena andar con calma para dejarse cautivar con las propuestas que habitan en cada rincón de este barrio que no siempre fue un oasis cultural.
En los años 70 era una zona industrial repleta de almacenes, pero a partir de 2009 cobró vida como una galería al aire libre gracias a la inversión del empresario y mecenas de arte Tony Goldman, quien también es responsable de la transformación de SoHo, en Manhattan, y South Beach, en Miami.
Tras la caminata, se puede descansar en cualquier café, restaurante o bar para recuperar fuerzas y adentrarse en las tiendas de diseño repletas de artículos tentadores para llevar a casa.
En Frangipani -2516 NW 2nd Ave-, por ejemplo, es posible comprar accesorios sustentables, como relojes de mano y pared, que resultan el detalle perfecto, mientras que en Boho Hunter -184 NW 27th St- uno puede renovar su guardarropa al incluir una prenda original de algún artista latinoamericano.
Aquí, hasta las banquetas sorprenden. Mensajes como “el amor favorece a los que todavía creen” o “detente aquí, aprecia la vida por un segundo y sonríe” se leen en el piso. Otros más nos recuerdan que nosotros somos la obra de arte.
De esta manera, el Pequeño San Juan, como también se le conoce a este distrito pues en sus inicios predominaron los inmigrantes puertorriqueños, nos demuestra que la Ciudad Mágica es mucho más que un destino de sol y playa al estar copado de expresiones artísticas que invitan a la reflexión e introspección.
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