Una leyenda en el trasplante de corazón
Con sus innumerables investigaciones, el especialista Oscar Howard Frazier ha hecho valiosas aportaciones al tratamiento de la insuficiencia cardiaca
Técnicas avanzadas para el trasplante de corazón y dispositivos de asistencia circulatoria mecánica que ayudan al bombeo del miocardio son una realidad gracias al trabajo de Oscar Howard Frazier.
Con sus innumerables investigaciones a lo largo de décadas, el especialista ha hecho valiosas aportaciones al tratamiento de la insuficiencia cardiaca severa.
Frazier, de 75 años de edad, es considerado una leyenda viviente en el campo de la cirugía cardiovascular, ya que en el mundo es el cirujano que ha realizado más de mil trasplantes de corazón y ha implantado más de 900 dispositivos de asistencia ventricular izquierda en pacientes que esperan por un trasplante.
Su interés en el desarrollo de dispositivos circulatorios mecánicos para el corazón comenzó en los años 60 mientras estudiaba en la Escuela de Medicina de Baylor, en el Centro Médico de Texas en Houston.
“Yo me inspiré en los trabajos que se hacían cuando era estudiante de medicina”, comparte el cirujano cardiovascular.
El especialista fue el invitado de honor para abrir el primer ciclo de conferencias titulado “Gigantes de la Medicina”, organizado por la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tec de Monterrey.
Luego de servir un par de años como cirujano de vuelo en la guerra de Vietnam, su perspectiva sobre la vida cambió y regresó con la idea de hacer una diferencia significativa en su campo de trabajo.
Frazier completó su formación y experiencia profesional con dos eminencias de la cirugía cardiovascular: Michael DeBakey, precursor de la técnica del bypass coronario, y Denton Cooley, primer cirujano en implantar un corazón artificial.
“DeBakey era duro, sus estudiantes no dejábamos la unidad de cuidados intensivos. Para él la atención al paciente estaba por encima de todo.
Y con Cooley desarrollé mis habilidades en cirugía cardiovascular y aprendí a trabajar en casos difíciles”, comparte Frazier.
Hijo de académicos, desde joven mostró su pasión por la literatura y la historia, así como una afición especial por las obras de Shakespeare y por la historia de la guerra civil estadounidense.
“Con el tiempo vi los méritos de sus enseñanzas en mi trabajo”, reflexiona.
PIONERO EN SU ÁREA
Durante su formación médica, Frazier reconoció la necesidad de encontrar soluciones de soporte circulatorio mecánico como tratamiento para la insuficiencia cardiaca avanzada.
Por más de 50 años, este compromiso lo llevó a ser pilar en el diseño, desarrollo, pruebas e introducción clínica de casi todos los dispositivos de asistencia ventricular utilizados en la actualidad como puente para el trasplante de corazón, o bien, como alternativas para los pacientes que no son candidatos a trasplante de corazón o que tienen riesgo de morir mientras esperan uno.
“El número de donantes de corazón es limitado, entonces la idea fue desarrollar un mecanismo que mantuviera vivos a los pacientes hasta que encontrarán un donador”, explica.
Frazier es conocido por todos como Bud, apodo que le dio su abuelo porque le recordaba a un primo lejano pistolero que había muerto en un tiroteo en el viejo Texas.
Además de desarrollar dispositivos de asistencia ventricular izquierda (LVAD, por sus siglas en inglés) como puentes para el trasplante de corazón, en el 2011, el trabajo imparable de Frazier lo llevó, junto con su equipo de colegas, a implantar con éxito el primer corazón artificial de flujo continuo total en un paciente de 55 años de edad con insuficiencia cardiaca terminal.
“Siempre sentí que la tecnología podía desempeñar un papel muy importante en el corazón”, expresa con una sonrisa el jefe del servicio de trasplante del Centro Médico Baylor St. Luke en Houston.
El corazón artificial no pulsátil se suma a la lista de destacadas contribuciones que Frazier a hecho al mundo de la cirugía cardiovascular.
Gracias a su legado, el Instituto del Corazón de Texas es reconocido a nivel internacional como líder en programas de soporte circulatorio mecánico.
Ante sus hazañas, Frazier se muestra como un hombre afable con gran sentido humano, atento a las necesidades de sus pacientes y sus familias.
“Es importante tener metas, pero la forma en cómo se logran es lo que cambia la vida”, compartió Frazier a los alumnos, residentes y profesores de TecSalud que asistieron a su charla en el auditorio del Hospital Zambrano Hellion.
“Para tener éxito en lo que haces hay que trabajar con pasión y dedicación, pero sobre todo, en esta profesión hay que tener compasión por los pacientes, ellos son primero”.
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