Asesinan y encajuelan a empleado

Los asesinos que le dieron un tiro en la cabeza y lo encajuelaron en su automóvil, no dejaron llegar a Franco Marcelius Maldonado Cisneros a la reunión que tenía planeada con su esposa, para la celebración del cumpleaños de su pequeña hija.

Familiares del empleado de la clínica 270 del Instituto Mexicano del Seguro Social, revelaron que Maldonado había hablado por última vez con su esposa, telefónicamente a las 13:30 horas del lunes para ponerse de acuerdo, pues tenían planeado llevarles un pastelito e ir a comer con ella y sus hijos por el cumpleaños, pero no llegó y desde entonces nada supieron de él, hasta que se dio la noticia de que su auto lo habían encontrado estacionado en un centro comercial a la entrada a Balcones de Alcalá, por la carretera a San Fernando.

Fueron elementos de la Policía Federal los que llegaron hasta donde estaba el auto Chevrolet Malibu 2007 luego que les avisaron que del interior de la cajuela se destilaba un liquido viscoso y despedía fuertes olores a materia descompuesta.

Tras inspeccionar el auto comprobaron que había un cuerpo en el interior y dieron aviso a la PGJE, donde se movilizaron agentes investigadores adscritos a la UGI-3, con peritos y personal del SEMEFO.

Acordonaron el área, fijaron y levantaron evidencias, inspeccionaron el auto, imprimieron huellas digitales y al abrir la cajuela quedó a la vista el cuerpo ya en estado de descomposición de Franco Marcelius Maldonado Cisneros, de 33 años, quien tenía su residencia en la colonia Hacienda las Fuentes.

A simple vista se le observaba un orificio de bala en la cabeza, pero esperaban el dictamen del legista.

Por las condiciones en que se encontraba el cadáver, suponen que tendría entre 24 y 48 horas sin vida y en la cajuela de su auto.

Al lugar arribaron familiares de la víctima y reconocieron el vehículo como propiedad de Franco, más tarde en el SEMEFO, confirmaron que se trataba del joven empleado del IMSS.

ACUDEN A RECLAMARLO

La esposa, la madre y algunos otros familiares acudieron a la UGI-3 para identificar y reclamar el cuerpo de la víctima.

Los familiares directos fueron entrevistados por investigadores en un intento por obtener algunos datos sobre su entorno personal y laboral.

Los investigadores hacían acopio de evidencias, comentarios y entrevistas para establecer las líneas que se abrirían en torno al homicidio.