Carlos y José, Un dueto inmortal
Este dueto norteño hizo bailar al público con su música durante más de cuatro décadas
Aunque ninguno de los dos sigue con vida para contarlo, Carlos y José son uno de los duetos más queridos y respetados de la música norteña, y cómo no, si detrás de ellos hay nada menos que 89 discos de larga duración y muchos éxitos.
Juntos, hicieron bailar al público durante más de cuatro décadas porque, ¿qué amante de la música de acordeón y bajo sexto no conoce “El Chubasco” o “Prenda Querida”? Por eso, Carlos Tierranegra Salazar tuvo hasta el día de su deceso, el pasado domingo, la encomienda de llevar sus canciones a donde el público lo pidiera, ya sin el acompañamiento de José, quien falleció en el 2009.
“Tenemos 44 o 45 años de carrera, 89 discos y 26 películas (actuaciones especiales como dueto)”, dijo don Carlos en esta entrevista telefónica realizada meses antes de su muerte.
Tierranegra Salazar, primera voz y acordeonista, era originario de General Terán, Nuevo León.
Su primer contacto con la música lo tuvo a los 10 años, cuando su papá le compró un acordeón de dos líneas.
Conoció a José Rodríguez (Q.E.P.D.), segunda voz y bajo sexto, originario de Los Ramones e iniciaron su proyecto musical en 1968, en Camargo, Tamaulipas.
En 1970 graban “La Cosecha” y “Al Pie de un Árbol”, que de inmediato fueron éxitos.
Con el tema “Pistoleros Famosos” ganaron su primer Disco de Oro.
“El Chubasco”, grabado en 1979, consolidó al grupo y hasta el día de hoy es una de las cartas fuertes del conjunto que sigue adelante a través de una nueva generación de integrantes.
Otros de sus éxitos son “Amores Fingidos”, “Corrido de la Amapola”, “Flor de Capomo”, “Árboles de la Barranca”, “El Gallo de San Juan” y “El Manicero”.
Tierranegra, quien tenía 68 años cuando se realizó esta entrevista, dijo que se había enfrentado a problemas de salud, por los cuales a veces se alejaba de los escenarios.
“Estuve 40 días en el hospital (recientemente), sí estuve malo, por la falta de circulación”, explicó en ese entonces.
“Pero aquí ando, de repente no viajo mucho, más que nada trabajo cerquita, no puedo salir muy lejos”.
Sin duda, la música era el motor de vida de don Carlos.
Cuando no podía ir a cantar a un baile por cuestiones de salud, un nieto suyo iba en su presentación.
“Yo pienso trabajar, que Dios me lo permita. Si Dios me pide la vida, que sea arriba de un escenario”, declaró en esa entrevista.
Este músico, quien después de vivir en el municipio de Guadalupe se fue a radicar a Mission, Texas, pasó sus últimos años más tranquilo.
“Tengo más amigos aquí que allá, pero si hay trabajo vengo para acá o si no me voy para allá”, explicó.
Su música también le abrió las puertas en películas como Pistoleros Famosos, La Coyota, La Muerte del Palomo, El Padre Trampitas, Con el Odio en la Piel, Mafiosos y Mañosos, Jacinto El Tullido, La Venganza de María, Matanza en Matamoros y Viva el Chubasco.
En esta charla salió a relucir el tema de José, su compañero de dueto.
“Siempre fuimos Carlos y José. Duramos 40 años juntos. Fue el convivio, el buen entendimiento de él y yo. Nos hablábamos un poco con palabras pesadas, pero riéndonos, ¿me entiende?, nunca nos enojamos”.
Carlos y José fueron compadres por unas cuatro o cinco veces.
Tras el deceso de José, el dueto siguió con un nuevo integrante, Beto Briseño, músico de General Terán.
“Pero seguimos siendo Carlos y José porque yo tenía registrado el nombre”, explicó previo a su deceso.
Aunque los dos compadres pusieron fin a su historia, es un hecho que la música de Carlos y José será recordada por siempre.
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