¡Reviven divas glorias del ayer!

Ciudad de México

Las luces cálidas del escenario, rojas y amarillas, palidecían ante las incendiarias revelaciones la de ex vedettes Lyn May, Wanda Seux, Princesa Yamal y Grace Renat, protagonistas del espectáculo Divas por Siempre.

“Carlos Salinas me metió a la cárcel”, fue una de las confesiones que, entre broma y verdad, iban soltando las antiguas glorias del cabaret ante las preguntas de Shanik Berman, quien fungió como moderadora del llamado “reality show en vivo” que se presentará todos los jueves de febrero en el Teatro Ramiro Jiménez.

“El (ex) presidente de Panamá me regaló un collar de esmeraldas de 70 mil dólares, pero eso no es nada, en Miami me regalaron un yate”, aseguró Yamal, la noche del jueves.

Pero así como presumían haber recibido regalos lujosos como joyas, yates y viajes exóticos, las mujeres también reconocieron haber sido víctimas de violaciones y violencia física.

Mientras tanto, Manuel “El Loco” Valdés hizo de las suyas como un diablito o un duende que, desde de distintas partes del escenario, jugueteaba y gesticulaba como una presencia casi fantasmagórica.

Sin importar que la mayoría de ellas vivieron en el retiro por más de 20 años y de que algunas, como Seux, se han repuesto de dolencias físicas, todas mantuvieron arriba el ánimo y la picardía para arrancar la risa del público con dobles sentidos y ponzoñosos dardos que se lanzaban entre ellas.

La rivalidad entre Seux y May fue notoria, aunque esta última se llevó las palmas por coquetear y subir a algunos caballeros al escenario para contonearse frente a ellos.

May aceptó haber tenido 300 amantes, ante la envidia expresada por Berman.

“Empiézale, empiézale”, le aconsejó la vedette a la conductora.

Mientras que Seux admitió haber trabajado como sirviente de algunas actrices.

“¿Todos lo saben, verdad? Fui sirvienta de compañeras mías, fui paseadora de perros, los bañaba, pero yo le llevaba el plato de comida a mi madre santa”, contó la argentina.

Berman le señaló que fue su madre quien acabó con su fortuna.

“¡Pero era mi madre, mi amor! ¿Quién le iba a quitar el matriarcado? Yo era hija única y dije: ‘Ella que haga lo que quiera con el dinero’. Y se lo gastó todo”, afirmó.

Renat dio muestra de su fuerza y flexibilidad al aderezar un baile con un split del que se incorporó como si no tuviera más de 60 años.

El paso del tiempo años era evidente, pero las ganas de volver a rodearse de glamour y de gloria les inyectó energía para brillar como los apliques y diamantinas de sus atuendos.