¡Ya es inmortal!
Se ganó fama de playboy, pistolero a sueldo, padrote y hasta luchador
Ciudad de México
En cine ganó fama de playboy, pistolero a sueldo, padrote y hasta luchador, pero muchos años después el actor Rogelio Guerra sentó un precedente como rostro del melodrama de los 70 y los 80.
Los Ricos También Lloran le dio el estatus de estrella internacional. Junto a Verónica Castro colocó esta producción mexicana en países de Asia y Europa, pero antes ganaría experiencia en infinidad de westerns, cintas de acción y luchadores, y hasta dramas de arrabal.
Entre sus filmes de pistoleros se recuerdan Valentín Armenta, El Secreto del Texano, Duelo al Atardecer, Los Doce Malditos, Las Víboras Cambian de Piel y La Martina, en donde el actor sedujo como héroe o villano encantador.
Y convenció con los dramas contados en Las Pecadoras, Cruz de Amor, La Casa del Farol Rojo y hasta en tramas de luchadores: Los Leones del Ring, Los Leones del Ring contra la Cosa Nostra, Una Rosa Sobre el Ring, Leyendas Macabras de la Colonia y Las Momias de San Ángel.
Rogelio ya era conocido, pero no una figura dominante. Era reconocido como estrella del cine mexicano.
Gozaba de buena paga; lo llamaban los mejores productores y compartió con las más bellas de ese entonces: Claudia Islas, Maricruz Olivier, Isela Vega, Irma Serrano, Tere Velázquez, Norma Lazareno, Lorena Velázquez, Libertad Leblanc y Maura Monti. Pero lo mejor aún no llegaba.
El magnetismo que irradiaba en pantalla grande tuvo gran efecto en la telenovela, género que empezaba a ser el “nuevo favorito” del público.
Gracias a papeles pequeños en El Derecho de Nacer, La Casa de las Fieras y Más Fuerte que tu Amor, en los 60, pronto se colocaría como el preferido de las señoras y damas jóvenes que lo aclamaron al verlo tras sus primeros estelares, una década después.
Luego de estar en historias tan populares como Lo Imperdonable, con Amparo Rivelles, y La Venganza, junto a Helena Rojo; en 1978 le llegó su primer gran estelar de la mano de Irán Eory en Doménica Montero, telenovela que más tarde refritearían, primero como La Dueña y, posteriormente en Soy tu Dueña.
Cuando Rogelio pensó que lo mejor había llegado, en 1979, un año después de Doménica..., estelarizó la polémica cinta Tres Mujeres en la Hoguera, con Maricruz Olivier, Pilar Pellicer y Maritza Olivares, que presentaba el sexo y bajas pasiones entre mujeres, ese año Valentín Pimstein lo regresó al melodrama rosa. Sí, le ofreció Los Ricos También Lloran.
El nacimiento de un clásico de la televisión había llegado, lo cual lo colocó por los cielos.
El furor que despertó en las mujeres, los tumultos que ocasionó en sus giras fuera de México gracias a este triunfo telenovelero quedaron grabados.
Televisa decidió aprovecharlo al máximo, y lo consintió tanto que olvidó el cine para en los 80 dedicarse a proyectos como Vanessa, con Lucía Méndez; Amalia Batista, con Susana Dosamantes; Principessa, de nuevo con Irán Eory... y el otro gran “trancazo” a mediados de los 80 llamado Vivir un Poco, con Angélica Aragón, con la que había compartido en Chispita; luego hizo Los Años Perdidos, acompañado de Lupita Ferrer.
En 1990 encabezó, a los 53 años, su última novela para esa empresa: Ángeles Blancos, con Jacqueline Andere, antes de emigrar a otra televisora.
Fue en 1996 cuando con TV Azteca lanzó Nada Personal, telenovela que rompió esquemas, mostrando una historia diferente sobre corrupción e impunidad, con la cual la televisora marcó un hito dentro del género, y el artista se proyectó como el gran villano llamado “El Águila Real”.
El galán dio paso al gran actor, imagen con la que se mantuvo durante más de 15 años, aunque de un tiempo a la fecha su salud se deterioró.
Rogelio perdió fuerza, pero al final del camino, y tras lo que cosechó... su Guerra la ganó.
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