‘Somos hermanos’ dice Papa a Patriarca
‘Si sigue así, Cuba será la capital de la unidad’; histórico encuentro y declaración
La Habana, Cuba
El Papa Francisco y el patriarca ortodoxo ruso Cirilo I firmaron ayer aquí una histórica declaración conjunta tras mantener un coloquio privado que duró más de dos horas.
En una sala del aeropuerto Jose Martí de la capital cubana, los líderes religiosos sentados en el mismo escritorio de madera, firmaron un acuerdo cuyo principal objetivo es defender a los cristianos en todas partes del mundo.
El documento de 30 puntos hizo énfasis en la necesidad de la unidad de ambas iglesias sobre todo en temas de interés común como la persecución de cristianos en Irak y Siria a donde “la violencia se ha cobrado miles de víctimas”, al mismo tiempo que hizo “un llamamiento a la comunidad internacional” para evitar más desplazamientos de ciudadanos de estos credos y otros tradicionales en el Medio Oriente.
“Esperamos que nuestro encuentro contribuya a la reconciliación a donde hay tensiones entre los greco-católicos y los ortodoxos”, agregó el texto.
Ante una fila de sacerdotes católicos y otra de ortodoxos, ambos líderes firmaron el documento conjunto, que clausuró las conversaciones a puertas cerradas de los jerarcas, las primeras cara a cara de los líderes de las dos religiones.
Reunidas en un pequeño salón de protocolo del aeropuerto capitalino José Martí, ambas delegaciones intercambiaron regalos y se presentaron los unos a los otros.
El documento fue redactado en ruso e italiano y ambos líderes religiosos firmaron cada tanto, los intercambiaron y sellaron todo con un beso y un abrazo.
Después, pronunciaron breves discursos y revelaron haber dialogado por más de dos horas con libertad y sobre todos los temas.
En su discurso, el Papa Francisco agradeció especialmente a Cuba, al pueblo cubano y al presidente Raúl Castro -que se encontraba a unos metros de distancia- y agregó: “Si sigue así, Cuba será la capital de la unidad”.
EL ABRAZO ESPERADO
El Papa Francisco y el patriarca ortodoxo de Moscú, Cirilo I, se dieron ayer un histórico abrazo en la sala presidencial del aeropuerto José Martí de La Habana, en el primer encuentro entre un pontífice romano y un patriarca ruso.
“Es claro que esto es la voluntad de Dios”, dijo el jefe de la Iglesia Católica al inicio de la reunión con el líder ortodoxo, quien respondió: “ahora las cosas son más fáciles”.
Poco después de las 14:00 horas locales (19:00 GMT, Tiempo Medio de Greenwich), el avión papal procedente de Roma aterrizó en el aeropuerto cubano y se estacionó justo frente al salón de la cita. A pocos metros se encontraba la aeronave del patriarca.
Al pie de la escalerilla del avión, Jorge Mario Bergoglio fue recibido por el presidente de Cuba, Raúl Castro, quien estuvo acompañado por diversas autoridades civiles y religiosas, entre ellos el nuncio apostólico en la isla, Giorgio Lingua.
Tras los saludos protocolarios y un abrazo, Castro y Francisco caminaron menos de 100 metros hasta ingresar a una de las salas del protocolo.
Exactamente a las 14:26 horas (19:26 GMT), el Papa y el patriarca se dieron un amistoso saludo casi enceguecidos por los flashes de los numerosos fotógrafos presentes. Tras intercambiar un breve saludo, Cirilo I invitó al obispo de Roma a sentarse en unas sillas.
Detrás de ellas estaban las banderas del Vaticano y del Patriarcado Ortodoxo. Cirilo I estaba enfundado en una vestimenta negra y blanca, mientras Francisco vestía la tradicional sotana blanca.
Junto al patriarca se sentó un traductor del ruso al español y el metropolitano Hilarión, responsable del Departamento de Relaciones Eclesiásticas del Patriarcado.
A un lado del líder católico se ubicó el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos del Vaticano, y otro traductor.
Un poco retraídos, ambos líderes religiosos intercambiaron algunas palabras mientras los fotógrafos inmortalizaban la escena. “Finalmente”, dijo Francisco y utilizó la palabra “hermano” al menos en cuatro ocasiones, también señaló “somos hermanos”.
A un lado del Papa estaban sus regalos para el patriarca: un estuche con una reliquia de San Cirilo y un cáliz. El patriarca decidió obsequiar una pequeña copia de la Virgen de Kazan. Ese momento duró unos cuatro minutos y a las 14:30 horas (19:30 GMT) se cerraron las puertas.
Para el coloquio privado entre ambos fue reservado un tiempo de dos horas, tras el cual se llevará a cabo el intercambio de regalos, la firma de una declaración conjunta (en ruso y en italiano) y discursos improvisados de Francisco y Cirilo I.
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