CIUDAD DE MÉXICO
La empresa Soccer United Marketing se vanaglorió del gran objetivo de este partido: imponer récord de asistencia, que hasta ahora le pertenece al duelo entre la Selección Mexicana y Nueva Zelanda en 2010, cuando acudieron 90 mil 526 personas al Rose Bowl.
Ahora, al renovado Kyle Field, en el campus de la College Station, en Texas, tiene capacidad para 102 mil 733 espectadores.
Está garantizado el éxito económico, mas la coyuntura es complicada después de la goleada ante Uruguay, 4-0, que provocó diversos incidentes, desde la suspensión temporal del juego por el grito homofóbico hasta la invasión de cancha de varios aficionados.
Ya es ley: cada que la Selección Mexicana es superada por el rival, la gente expresa su frustración con el grito homofóbico, que en el paso más radical obliga a la suspensión definitiva del partido.