LUSAIL
Después de siete Balones de Oro, cuatro Liga de Campeones y batir varios récords, Lionel Messi levantó el trofeo siempre quiso: la Copa del Mundo.
Y tanto la deseaba, que aun antes de la ceremonia de entrega del trofeo al campeón, el capitán argentino besó la copa y la acarició tras recibir el premio a mejor jugador del certamen, desatando la locura entre los miles de hinchas argentinos que lo ovacionaron al grito de "Messi, Messi".
Llegó en su quinto y último Mundial en Qatar tras vencer a Francia 4-3 en tanda de penales forzados por el empate 3-3 en una final que quedará para la historia.
"Se hizo desear pero acá llegó. Mirá lo que es esta copa, es hermosa", dijo Messi.
En el mismo gran escenario que su némesis Cristiano Ronaldo se despidió como suplente y su probable sucesor Kylian Mbappé terminó llorando, el Diez argentino se consagró como el mejor futbolista de la historia, aunque la discusión siempre estará abierta.
A sus 35 años, Messi brilló en cada una de sus siete presentaciones en los estadios de Doha, con un desempeño que evocó la mejor versión de la leyenda Diego Maradona en el Mundial 1986, el último que había obtenido el país sudamericano.