Cumplió su viaje; patina de Reynosa a Monterrey

Reynosense Pedro Gavaldón recorre 210 kilómetros en tres días, en patines

Bien lo dice Tommy Lasorda, ex manager de los Dodgers de Los Ángeles, “La diferencia entre lo posible y lo imposible está en la determinación de la persona”, frase que se acomoda a la perfección a lo realizado por el reynosense Pedro Gavaldón, mejor conocido como “Mugroso Patinador”, al completar la hazaña de patinar de Reynosa a Monterrey.

Gavaldón se introdujo a una larga travesía de más de 210 kilómetros sin saber que le depararía en la carretera, pero su objetivo estaba bien trazado de convertirse en todo un ejemplo para niños y jóvenes que han tenido problemas con las adicciones, situación de la que es todo un sobreviviente. 

Desde muy temprano del pasado domingo emprendió el viaje a tierras regiomontanas transcurriendo tres días para ingresar a la zona metropolitana. Con las piernas sumamente cansadas, con los pies llenos de ampollas y con unos patines casi destrozados logró tener éxito al llegar a su destino que era Parque Fundidora en donde inmediatamente levantó los brazos en forma de victoria. 

“Es algo que me siento bien orgulloso, pero principalmente le agradezco a Dios que me ha permitido moverme tengo una felicidad tan grande y en mis pies tengo un dolor tan grande, pero es más grande mi felicidad y ese ánimo de todas las personas que estuvieron apoyándome y gracias a todas aquellas personas que estuvieron siguiendo mi travesía”, comentó el aventurero patinador. 

Para el “Mugroso Patinador” hubo un sin de complicaciones durante el trayecto y por momentos se le cruzó la idea en desistir porque era tan grande el dolor que sentía que cada patinada que daba las lágrimas se le salían, pero la fuerza en su interior y la fe que lo impulsaba lo condujo a terminar está travesía. 

“En mi mente pensaba que iba agarrar los patines y tirarlos lo más lejos que pudiera, la carretera cada vez la veía más lejos y para mi fue tan complicado antes de llegar a la primera caseta de Reynosa-Monterrey y se me hicieron ampollas me las tuve que reventar con sangre fue algo doloroso que sufrí, pero la fe mueve montañas”, expresó 

Sin duda el patinador quiere convertirse en una guía para las personas que más lo necesiten y su forma de apoyarlos es realizar este tipo de retos extremos para que observen que los cambios en una persona se pueden lograr.  

“Claro que lo volvería hacer para mi sería un privilegio y ya me propusieron uno hasta Ciudad Victoria, estamos hablando de más kilómetros, obvio sería más preparación y tener unos patines profesionales porque los patines con lo que andaba ni siquiera son profesionales. Lo volvería hacer y cada kilómetro se lo dedicaría para cada niño de la calle”, finalizó.