Ciudad de México
Aunque el Himno Nacional Mexicano no se escuchó, Marco Verde hizo vibrar a todo un país, que festejó su medalla de plata.
Esas lágrimas que acompañaron al mazatleco a lo largo de los Juegos Olímpicos volvieron a aparecer, ya que no es fácil asimilar que, pese a proponer un intercambio de golpes, los jueces no lo valoraron en las tarjetas, dándole la victoria unánime a Asadkhuja Muydinkhujaev por 5-0.
“Son lágrimas de felicidad y tristeza, por no haber logrado el oro”, expresó “El Green”, quien es un nuevo héroe nacional.
Que el grito “¡México, México!” retumbara en Roland Garros sólo se debe a Marco, porque en menos de una semana se convirtió en un púgil histórico. Pese a “no cerrar con broche de oro”, como le hubiera gustado, se marcha con una promesa cumplida.
“Esta medalla es para ella y para ellos”, dijo Marco, refiriéndose a su abuelita y el resto de su familia.
Fue un primer round donde Asadkhuja dominó a “El Green”. Para el segundo, Verde acudió a su esquina y recibió indicaciones, que no fueron suficientes para remontar.
Para el tercero, salió decidido a regalar sus últimos tres mejores minutos en tierras parisinas, buscando el nocaut.
Al mazatleco no le importó que no le dieran el triunfo, él se sintió el gran vencedor al levantar el brazo para festejar que “durante 15 minutos, emocioné a un país”, gracias a su técnica y amor al boxeo.