Buenos Aires, Argentina
Diego Maradona, la leyenda argentina del fútbol, falleció el miércoles de un paro cardiaco en la vivienda donde residía en las afueras de Buenos Aires, poniendo fin a una vida marcada por los excesos que pusieron en constante riesgo su salud. Tenía 60 años.
El capitán de la selección que se consagró campeona en el Mundial de 1986 murió alrededor del mediodía en la casa que alquilaba en San Andrés, un barrio en el norte de Buenos Aires donde se recuperaba de una operación de edema craneal que se le practicó el 3 de noviembre, su último tropiezo de salud.
El fiscal John Broyard dijo a los periodistas que, según las primeras investigaciones, la muerte del retirado jugador fue natural y que durante la autopsia del cuerpo “se van establecer las causales, lo mismo que en los informes complementarios”.
“No se advirtió ningún signo de criminalidad, de violencia”, acotó el funcionario judicial, quien indicó que efectivos de la policía científica estuvieron revisando la vivienda.
Mientras el fiscal hablaba con los periodistas, una camioneta custodiada por policías motorizados salía del barrio privado para trasladar el cuerpo de Maradona a una morgue en la localidad bonaerense de San Fernando, donde se realizará la autopsia.
El presidente Alberto Fernández dispuso tres días de duelo nacional. Está previsto que el cuerpo sea velado el jueves en la casa de gobierno.
“Nos llevaste a lo más alto del mundo. Nos hiciste inmensamente felices. Fuiste el más grande de todos. Gracias por haber existido, Diego. Te vamos a extrañar toda la vida”, dijo Fernández en Twitter.
El mandatario señaló luego a medios de prensa que Maradona “era un hombre genuino que expresaba todo con la fuerza con la que jugaba al fútbol, defendía lo que quería, maltrataba lo que odiaba”.
Pero en los últimos tiempos se había mostrado abatido.
Previamente a la operación por el edema, sus allegados habían reconocido que estaba pasando por un periodo depresivo en el que recordaba mucho a su fallecida madre Dalma Salvadora Franco, más conocida como Doña Tota.
La última vez que se vio en público a Maradona fue el 30 de octubre, cuando cumplió 60 años y con motivo del partido entre Gimnasia y Esgrima frente a Patronato por la liga local.
“Algún día, espero jugar a la pelota contigo en el cielo”, dijo Pelé en Twitter.
La vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández (2007-2011), muy cercana a Maradona, expresó su pesar. “Mucha tristeza... Mucha. Se fue un grande”, se lamentó, mientras que el expresidente boliviano Evo Morales afirmó que la leyenda del fútbol es “una persona que sentía y luchaba por los humildes, el mejor jugador de fútbol del mundo”.
Hinchas de Gimnasia y Esgrima se congregaron entristecidos a las puertas del club situado en la ciudad de La Plata, unos 60 kilómetros al sur de Buenos Aires.
El exjugador fue operado del edema tras haber sido internado en otra clínica por una descompensación que le había provocado la ingestión de psicofármacos y bebidas alcohólicas.
Ese nuevo problema de salud en su agitada vida fue foco de atención permanente en Argentina y otras partes del mundo, desde donde se comunicaron mandatarios y otros dirigentes políticos para estar al tanto de su estado.