Mientras Guillermo Allison, portero de Celaya, subió a buscar un remate que pudiera darle a su equipo el empate en la eliminatoria durante los minutos finales, el meta de Atlético Morelia aprovechó que el cabezazo quedó corto y a sus manos para inmediatamente tomar impulso y mandar un despeje con toda la intención de gol.
Y, con los jugadores locales corriendo en contra de su propia puerta, ya únicamente pudieron observar como el balón botó hasta en tres ocasiones antes de colarse en el fondo de las redes para poner el tercer gol michoacano y sentenciar su pase a la final de la Liga de plata.