Liverpool, Inglaterra
Liverpool no pudo ganar en el día más largo del año, y tendrá que esperar algo más para poder sellar el título de la Liga Premier.
Cuando se llevan esperando 30 años — y que la coronación se retrase tres meses por una pandemia — hay que tener paciencia.
El más silencioso de los 236 derbis de Merseyside, debido a que se prohibió el ingreso de público al Goodison Park el domingo, acabó sin goles: Everton maniató a Liverpool en un empate 0-0.
Liverpool mantiene una ventaja sin precedentes de 23 puntos al tope de la liga inglesa. Pero no tendrá la certeza de que una victoria contra Crystal Palace el viernes en Anfield certificará el título. También necesitarán la colaboración de Burnley, que tendría que sacarle un punto al campeón vigente Manchester City el lunes.
Pero con ocho partidos por jugar, Liverpool tiene margen de sobra para poner fin a la sequía y ganar su primer campeonato doméstico desde 1990.
Después de una espera de 103 para volver a la acción, la potente ataque de Liverpool se vio mermado por la ausencia de Mohamed Salah por no estar en condiciones físicas para jugar, ni siquiera para salir como suplente.
El afán por el gol tuvo un remate de cabeza de Joel Matip que salió desviado en la primera parte y un tiro libre de Fabinho que el arquero Jordan Pickford repelió en el tramo final.
“Fue un partido muy intenso en lo físico”, dijo el técnico de Juergen Klopp. “No generamos muchas ocasiones. Ejercimos el dominio durante la mayor parte, pero ellos estuvieron la mejor ocasión”.
Esa se dio para el equipo de Carlo Ancelotti a 10 minutos del final: el arquero brasileño Alisson desvió un remate de Dominic Calvert-Lewin y un disparo posterior de Tom Davies se estrelló en el poste. Alisson estuvo alerta otra vez para negarle el gol a su compatriota Richarlison dentro de un entretenido final.
“Los jugadores están oxidados”, dijo Calvert-Lewin. “Fue un partido extraño. Bizarro para un partido de esta magnitud. El estadio suela vibrar y nos costó adaptarnos al inicio”.