Rayán
Los jugadores de Corea del Sur formaron un círculo en el medio de la cancha y pusieron la mirada en varios teléfonos móviles que mostraron los últimos minutos de otro partido que iba a definir su suerte en la Copa del Mundial.
Ya habían cumplido con su tarea al vencer a la Portugal de Cristiano Ronaldo por 2-1 gracias al gol de Hwang Hee-chan en el primer minuto de los descuentos.
Pero debieron esperar con angustia. Para avanzar a los octavos de final, dependían que Uruguay no anotara un gol ante Ghana en el otro partido del Grupo H que todavía tenía seis minutos por disputar.
En las tribunas del estadio Education City, miles de hinchas surcoreanos también estaban absortos pendientes de sus teléfonos. Algunos oraban. Otros lloraban, al igual que el capitán Son Heung-min.
Dentro de un rato iba a desatar el jolgorio.
Corea del Sur se clasificó dramáticamente a la segunda ronda y mandó a Uruguay, como tercera, a casa, por diferencia de goles a favor, en uno de los desenlaces más alocados de un grupos en los 92 años de historia del torneo.
"Ha sido como un milagro", comentó el atacante surcoreano Cho Gue-sung.
¿El siguiente rival? Ni más ni menos que Brasil el próximo lunes.
Los surcoreanos parecían condenados a despedirse del torneo hasta que su astro Son recuperó un balón desde el fondo y avanzó por toda la cancha, en el primer minuto de la prolongación, y cedió el balón a Hwang, quien definió con un toque rasante.