Ciudad de México
La principal lucha del Tricolor en esta edición de la Copa Oro la encara en la tribuna. Otra vez está en el ojo de huracán por el comportamiento de su afición, que en el partido ante Trinidad y Tobago no paró de lanzar el “Eeeh...¡Puto!” al arquero rival.
La FMF todavía no cumple con la sanción de jugar 2 partidos a puerta cerrada impuesta por la FIFA, cuando ya tiene la presión de la Concacaf, organizadora de la Copa Oro y organismo que señaló ayer su decepción ante la conducta de un sector del público mexicano.
Incluso, el presidente de la FMF, Yon de Luisa, declaró ayer que la Concacaf le externó la posibilidad de que el Tri disputara su segundo partido de la justa, mañana en Dallas ante Guatemala, sin gente en la tribuna, algo que horas más tarde se desestimó.
“Este partido se llevará a cabo según lo programado, con la asistencia de aficionados”, señaló Concacaf, en un comunicado.
“Concacaf está decepcionada por el lenguaje discriminatorio utilizado por algunos de los aficionados de México durante su partido de la Copa Oro contra Trinidad y Tobago”, se agregó en el escrito.
Según el Reglamento de Competencia de la Copa Oro, la Concacaf puede desde amonestar hasta suspender la participación de cualquier persona o Asociación Miembro por incumplir los Estatutos y el Código Disciplinario de la FIFA, sobre todo en temas relacionados a la lucha contra la discriminación y el racismo.
En ese tenor, De Luisa señaló que el protocolo contra el grito no fue bien llevado el sábado pasado por las autoridades del encuentro, algo que pudo abonar a que la gente lo repitiera, por lo cual espera que la organización tome cartas en el asunto.
“Que la gente que entra al estadio entienda que puede ser sacada del estadio, que su boleto no va a tener un reembolso y que se las va a ver con las autoridades norteamericanas, eso es fundamental, nos sirvió mucho en los partidos previos y en el torneo de la Copa Oro se va a tener que reforzar esa comunicación”, aseveró.
CONCACAF PROTEGE LA TAQUILLA
A la Concacaf ni siquiera le conviene sancionar a México con juegos a puerta cerrada en la Copa Oro, pues sería darse un balazo en el pie.
Si se cerraba el Cotton Bowl de Dallas, sede del segundo encuentro del Tri en la competición, se hubieran dejado de percibir más de 4 millones de dólares por concepto de taquilla, algo que golpearía directamente las arcas de la Concacaf, organizadora de la justa. Para el duelo de mañana, el inmueble albergaría a unas 40 mil personas que adquirieron un ticket con una media de valor de 111 dólares, pues los precios iban desde los 35 hasta los 200 para asistir a un inmueble que ni siquiera lanzó a la venta todas sus entradas.