Evelyn Salgado, la gobernadora de Guerrero, arrancó la Semana Santa con "excelentes noticias". Como pistoletazo de salida, el crucero Norwegian Jade atracaba ese lunes en Acapulco, La perla del Pacífico, "para disfrutar de la calidez, belleza y hospitalidad que hacen de Acapulco un destino único". Salgado escribió ese mensaje a las 7.00 en sus redes sociales. Sobre la misma hora, los pasajeros de un coche en marcha arrojaron los restos desmembrados de lo que había sido un hombre en la colonia Rubén Jaramillo, con vistas al mar y a 10 minutos del puerto donde desembarcarían los turistas del Norwegian Jade. Mientras el vehículo desaparecía calle arriba, los hombres que se deshicieron de aquel cuerpo mutilado disparaban al aire.
Una hora después, a 10 kilómetros de allí, en la parte alta de la ciudad, los vecinos escucharon el ruido de otros disparos, ocultos a la vista por los muros de la parroquia San Nicolás de Bari. Un hombre había sido asesinado, pero la policía fue lenta y cuando llegó solo encontró sangre y casquillos de bala. Sus familiares habían recogido el cuerpo para velarlo en casa. Las autoridades confirmaron la muerte horas después. Muy cerca de allí, en el mismo barrio y a la hora de la comida, otros dos hombres fueron abatidos. Para esa hora, el Norwegian Jade ya había echado el ancla y Salgado festejaba que su llegada era "una muestra de que Guerrero sigue brillando como un destino turístico de clase mundial". Al final del día, Acapulco sumaría seis nuevos cadáveres acribillados a balazos en sus calles. Dos días después, serían al menos 12.
Acapulco, durante años joya de la corona del turismo mexicano, se descompone con violencia por todos sus costados. Son pocas las colonias que no han sido marcadas en el mapa de los sucesos policiales y se cuenta entre las 10 urbes más peligrosas del mundo. En las dos primeras semanas de abril, la ciudad ha sido testigo de una treintena de homicidios: taxistas ejecutados, ancianos dueños de tortillerías asesinados por negarse a pagar derecho de piso, un hombre acribillado en su coche con sus dos hijos menores de edad como testigos, negocios en llamas. No parece que las autoridades aborden o sean capaces de contener la ola de crímenes. El lunes que atracó el crucero, además de los casos ya narrados, dos hombres fueron tiroteados en el periférico poblado de Los Órganos, uno murió, otro sobrevivió. El cadáver de una mujer apareció en el poblado del Cayaco. Seis cuerpos y solo era lunes.
Aquel día, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López, se fue a dormir contenta. No solo había llegado el Norwegian Jade a embellecer "aún más la bahía, dejándonos bellas postales durante la presente temporada vacacional". Esa tarde también había inaugurado oficialmente el mercado Miguel Alemán Valdés, rehabilitado tras los huracanes que han golpeado la ciudad los dos últimos años. Tan orgullosa estaba de la obra que el martes, al despertarse, decidió ignorar los seis asesinatos del día anterior en pleno arranque de una de las temporadas altas para el turismo y volvió a celebrar la reapertura del mercado. A las 12.00, un coche que cruzaba el Viaducto Diamante escupió sobre la carretera los restos desmembrados de lo que habían sido dos hombres envueltos en bolsas de plástico negro. La prensa local dice que llevaban con ellos un "narcomensaje" que las autoridades decidieron no revelar.
No fueron los primeros cadáveres del martes. A las 11.20, un taxista fue acribillado en el bulevar Vicente Guerrero, en la colonia Las Cruces. Otro taxista más caería cuatro horas después mientras conducía en la avenida Cuauhtémoc, a un costado del puente Bicentenario. Una moto se puso a su altura en un semáforo y abrió fuego. El coche quedó varado en el carril central, en medio del tráfico. Para terminar el recuento de muertos del día, una mujer fue secuestrada y asesinada a las afueras de la ciudad, en el poblado de Paso Texca. Ese día, Evelyn Salgado viajó a Acapulco: visitó una exposición de esculturas en el puerto y celebró la entrega del récord Guinness por el clavado más alto del mundo en la Quebrada. "Esto es mucho más que una hazaña deportiva, es un símbolo de identidad, orgullo y del espíritu invencible del pueblo guerrerense", dijo desde un escenario.
El miércoles, Salgado y López, ambas de Morena, fueron a Chilpancingo para participar en la "Mesa Regional de Coordinación para la Construcción de la Paz, donde junto a autoridades civiles y militares de los tres órdenes de Gobierno, se da puntual revisión y seguimiento a las acciones emprendidas para garantizar la tranquilidad de las y los acapulqueños", difundió en redes sociales López. Si en la reunión hablaron de la Semana Santa de terror que vivía Acapulco, prefirieron no hacerlo público, aunque Salgado dijo que reforzarían la seguridad "no solo de los destinos turísticos, sino en todo el territorio". Un acapulqueño, Marcel Radilla, respondió al mensaje de López: "Todavía ni entramos a Acapulco y la experiencia ya está siendo mala, bloqueo a la entrada y tu nivel de respuesta y para actuar es nulo, lo bueno que todo te vale madres y nada te importa".
Radilla se refería al estallido del gremio de taxistas y transportistas de la ciudad, que hartos de enterrar a sus muertos en silencio sin que sus autoridades les hicieran mucho caso, bloquearon la carretera federal que une Acapulco con Ciudad de México, puerta principal de la ciudad, con ataúdes y camiones. A Salgado le dejaron un mensaje en uno de los simbólicos féretros: "Narcogobernadora, estás acabando con todo el Estado. Recuerda que el pueblo te puso y el pueblo exige que renuncies". Más de 500 trabajadores gritaron por el asesinato de unos 30 compañeros —no hay números exactos— desde enero. Casi nunca hay detenciones, casi nunca se resuelven los casos.
La protesta no funcionó como esperaban. Un taxista que participó en los bloqueos fue asesinado horas después, de nuevo sobre el bulevar Vicente Guerrero. Unos sicarios lo rellenaron de plomo mientras trabajaba. El cuerpo quedó abandonado en el interior de su coche. Evelyn Salgado decidió quedarse en Chilpancingo, quizá para que no le pasara como a Radilla con los cortes de carreteras. Desde allí, presumió de inversiones en obras públicas en la ciudad. Para Abelina López, la noche del miércoles fue de "mucha alegría", de "danzas, costumbres, historias y tradiciones que distinguen a Guerrero, haciéndolo un pueblo de personas alegres y valientes". Era el arranque del festival cultural Jolgorio Acapulqueño.