Coahuila
La esperanza de acelerar el bombeo de agua en la mina "El Pinabete" para reducir el nivel de la inundación y arrancar ayer mismo con el rescate de los 10 trabajadores atrapados desde el miércoles se topó con la demora de los trabajos.
Además de la lentitud de las labores, la desesperación creció entre los familiares por la falta de información por parte de las autoridades de todos los niveles y el temor por la vida de sus seres queridos a casi 72 horas del accidente.
Luego de que la noche del jueves cundió el optimismo entre rescatistas ante la llegada de maquinaria especial, cientos de voluntarios, brigadistas y militares dedicaron la jornada a apenas instalar los equipos.
En el comunicado conjunto, por ejemplo, se reportó que en el sitio ya se contaba con 19 bombas de alta capacidad, pero durante el día no lograron poner en funcionamiento alguna de ellas.
Hasta las 19:00 horas comenzaron a introducir una bomba al pozo de la mina y aún faltaba conectar su manguera y bajar su equipo unos 60 metros para que empezara a extraer el agua.
Los familiares de las víctimas reclamaron el silencio oficial y que los trabajos fueran obstruidos con plástico negro y delimitados con cercas.
Personal de Fiscalía de Coahuila recabó señas particulares de los mineros, elevando el pesimismo sobre salvarlos con vida.