Ciudad de México
El gobierno de México está invirtiendo recursos en detectar lo que sugiere que son personas desaparecidas "falsas": casos reportados por opositores políticos para avergonzar al gobierno, o personas secuestradas que regresan a su hogar, pero no notifican a las autoridades.
Sin embargo, las autoridades no hacen ningún esfuerzo significativo para encontrar a las personas realmente desaparecidas, lo que enfurece a las familias de los aproximadamente 113.000 "desaparecidos" de México.
Están indignados de que la administración del presidente Andrés Manuel López haya gastado casi un año, mucho dinero y miles de horas de trabajo revisando bases de datos para ver si una persona supuestamente desaparecida solicitó un préstamo, pagó impuestos, se registró para votar o se vacunó contra la gripe.
López Obrador dijo la semana pasada que espera publicar pronto los primeros resultados parciales del recuento. Afirmando que las cifras de desaparecidos —alrededor de 47.000 desde que el presidente asumió el cargo en 2018— han sido infladas para hacerlo quedar mal. Dijo que van a "ir casa por casa porque se está encontrando a gente que estaba reportada como desaparecida".
"Los estamos encontrando en sus casas", agregó.
SIN BÚSQUEDA
Pero el gobierno no se ha molestado ni siquiera en realizar la búsqueda más elemental de las decenas de miles de personas que realmente están desaparecidas, ni en identificar unos 50.000 cadáveres amontonados en morgues y tumbas paupérrimas o los fragmentos de huesos encontrados en fosas comunes y crematorios improvisados.