Cd. de México, México -Los días con calor peligroso para las personas podrían ser entre 3 y 10 veces más comunes para finales de este siglo debido al aumento de la temperatura de la Tierra ocasionado por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Así lo indica un estudio de la Universidad de Washington y la Universidad de Harvard que examinó el índice de calor o sensación térmica, una medida del efecto combinado de la temperatura y la humedad relativo sobre el cuerpo humano.
El calor es considerado peligroso por el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos a partir de los 39.4 grados centígrados.
Se considera extremadamente peligroso a los 51 grados centígrados, pues es inseguro para las personas sin importar cuánto tiempo permanezca expuesto.
Según la investigación, incluso si los países consiguen cumplir el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París, cruzar el umbral de calor peligroso sería de 3 a 10 veces más común en Estados Unidos, el oeste de Europa, China y Japón para el año 2100.
La situación sería más crítica en los trópicos, pues el número de días con calor peligroso se duplicaría, así que cubriría la mitad del año.
"(Durante) más de la mitad del año será un reto trabajar afuera incluso si comenzamos a reducir las emisiones", alertó Lucas Vargas Zeppetello, autor principal del estudio e investigador posdoctoral en Harvard.
Los eventos de calor extremo capaces de romper récords también serían mucho más frecuentes en Norteamérica y Europa, añadió.
Cumplir el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París significaría limitar el calentamiento de la Tierra a 2 grados centígrados durante este siglo, pero en escenarios peores sin reducción de emisiones, el calor extremadamente peligroso sería común en países cercanos al ecuador, como India y los de África subsahariana.
"Es extremadamente aterrador pensar qué pasaría si de 30 a 40 días al año se excediera el umbral de extremadamente peligroso. Estos escenarios aterradores todavía tenemos la capacidad de prevenirlos", destacó Vargas Zeppetello.
El estudio publicado en "Communications Earth & Environment" se basó en un método de probabilidad para calcular condiciones futuras. Combinó datos históricos con proyecciones de población, crecimiento económico e intensidad de carbono para predecir las posibles concentraciones de dióxido de carbono (CO2).
A partir de los niveles de CO2, los científicos calcularon rangos de aumento de temperatura global y cómo afectarían a los patrones globales de tiempo a escala mensual.
"Los resultados subrayan la necesidad tanto de reducir las futuras emisiones de GEI como de proteger a las poblaciones, especialmente a los trabajadores al aire libre, contra el calor peligroso", resaltó la Universidad de Washington en un comunicado.