Al sumergirse en el turbio mundo del lavado de dinero global, expertos del grupo Global Finance Integrity (GFI) con sede en Washington encontraron que México es uno de los tres primeros países en donde los políticos desvían recursos a través de la compra de bienes inmuebles, particularmente en Estados Unidos.
En una amplia investigación realizada detectaron que al menos cuatro exfuncionarios y funcionarios públicos adquirieron bienes en Estados Unidos con recursos de dudosa procedencia. De ellos, uno sigue activo en la política actualmente.
Según el informe “Acres de Lavado de Dinero: ¿Por qué las inmobiliarias estadunidenses son el suelo de la Cleptocracia? “, se trata de Javier Duarte, exgobernador de Veracruz; Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón; José Murat Casan, exgobernador de Oaxaca; Tomás Yarrington, exgobernador de Tamaulipas, y Alejandro Murat Hinojosa, actual gobernador de Oaxaca. Salvo este último, el resto se encuentra en prisión en México y Estados Unidos, acusados de diferentes delitos.
Todos ellos, dice el informe, transfirieron dinero a Estados Unidos para lavarlo a través de la compra de bienes raíces.
“En al menos cuatro casos, funcionarios mexicanos de alto rango acusados de corrupción y malversación de fondos e inexplicable riqueza, adquirieron bienes raíces por valor de millones de dólares en los Estados Unidos”, subraya.
De acuerdo con la investigación de GFI, Duarte de Ochoa compró 90 propiedades de México. Además, prosigue, adquirió propiedades en España y Estados Unidos de 2006 a 2014, periodo en el que, con ayuda de abogados y socios comerciales estableció una “compleja red de empresas fantasma en Texas, Delaware y Florida”.