Ciudad de México
La nueva Ley antimigrante de Texas sigue haciendo olas en México. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha condenado la legislación impulsada por el gobernador Greg Abbott, que permite a policías estatales detener y expulsar a cualquier persona sospechosa de haber entrado de forma irregular a suelo texano y contempla penas de hasta 20 años de prisión contra los migrantes reincidentes. "Estamos en contra de esta ley draconiana, completamente opuesta y contraria a los derechos humanos", afirmó el mandatario en su conferencia mañanera de este miércoles. El Gobierno mexicano adelantó que no aceptará las deportaciones exprés a su territorio e instó a sus ciudadanos a buscar protección consular. La norma, conocida como SB4, está en el centro de una batalla judicial y su entrada en vigor fue frenada de momento por una corte de apelaciones a última hora de este martes. El tema ha entrado de lleno a las campañas con reacciones de los tres candidatos a la presidencia de México.
PROVOCA ENCONTRONAZO
La ley SB4 ha provocado un nuevo choque entre López Obrador y Abbott, que ha promovido medidas de mano dura contra la inmigración, como la instalación de boyas, cuchillas y dispositivos de hundimiento en el río Bravo, en la frontera entre Estados Unidos y México. El gobernador texano, por su parte, libra desde hace meses su propia pelea con la Administración de Joe Biden, que lo acusa de adoptar disposiciones que chocan con las leyes federales para regular la inmigración. El Presidente mexicano no se guardó nada para criticar los intentos de criminalizar a los migrantes, al señalar que la ley es "anticristiana" y "violatoria de la Biblia". El mandatario denunció un doble discurso del Gobierno texano, de corte conservador: "Se les olvida que en la Biblia se habla de tratar bien al forastero y, desde luego, del amor al prójimo; son autoridades muy hipócritas", dijo.
SE MANTIENE EN PAUSA
El recorrido de la ley ha estado lleno de recovecos. La medida entró en vigor el martes durante poco más de ocho horas, antes de que una corte de apelaciones pusiera en pausa su aplicación, revirtiendo un fallo anterior del mismo tribunal. El estatus legal de la norma ha cambiado en cuestión de horas. La secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, ha reconocido que los desarrollos judiciales han sido "muy contradictorios". "Aconsejamos a las personas mexicanas en Texas acercarse a los 11 consulados mexicanos y conocer sus derechos ante actos antiinmigrantes, discriminatorios o de corte racial", señaló en sus redes sociales.
´MOMENTO CRÍTICO´
México tiene la red consular más grande en otro país del mundo, una herramienta de la que ha echado mano cuando han aflorado discursos antimexicanos a propósito de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre próximo. Bárcena había calificado la ley SB4 como "xenofóbica" y dijo que se vive un "momento crítico", después de que el Supremo de Estados Unidos diera luz verde a su aplicación esta semana. La canciller mexicana dijo que el antídoto para la retórica antimigrante era insistir en la estrategia de movilidad humana que impulsan los Gobiernos de Biden y López Obrador. La norma ha provocado temor e incertidumbre entre las personas en tránsito y que se agolpan en la franja fronteriza. Texas y México comparten una frontera de más de 2.000 kilómetros, desde el Golfo de México hasta Ciudad Juárez.