CIUDAD DE MÉXICO
La alta inflación interna, así como una política monetaria más restrictiva en Estados Unidos, podrían llevar a la tasa de fondeo del país a niveles récord de hasta 9.0% en 2022, lo que elevaría el costo de los créditos a tasas no vistas al menos desde 2009.
Coincidiendo con la inauguración de la 85 Convención Bancaria, la Junta de Gobierno del Banco de México dará a conocer este viernes su postura de política monetaria, lo que podría implicar un alza de hasta medio punto porcentual en la tasa de referencia, para llevarla a 6.5%.
Sin embargo, analistas financieros estiman que la tasa seguirá aumentando en lo que resta del año, con el riesgo de superar su máximo histórico de 8.25%, lo que dispararía el costo de los créditos. Hoy también, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dará a conocer el dato de inflación a la primera quincena de marzo.
Las expectativas de la inflación para el resto de 2022 se han deteriorado aceleradamente: CitiBanamex elevó sus proyecciones para el cierre de año de 5.1% a 6.0%, mientras que Banorte las ajustó de 4.4% a 6.7%, sobre todo por el impacto que pueda tener el conflicto bélico en Ucrania.
En opinión de expertos de ambas instituciones, las presiones inflacionarias adicionales por la guerra llevarían la tasa a 8.25% hacia finales del año.
Presiones adicionales o más turbulencia en el mercado cambiario podrían desencadenar acciones más agresivas por parte de los bancos centrales; como la probabilidad de que eso pase es elevada, en CitiBanamex consideran que los riesgos de sus pronósticos de tasa objetivo siguen sesgados al alza.
El economista en jefe para Canadá y México de Bank of America, Carlos Capistrán, espera que Banco de México suba a un ritmo relativamente rápido para poner el objetivo de tasas a un día en 9.0% para fin de año.
Además, en Banorte prevén incrementos a la tasa de referencia hasta llegar a una tasa de 9.25% a mediados de 2023.
PRÉSTAMOS CAROS
Lo anterior impactará directamente en el costo del financiamiento. La última vez que las autoridades monetarias subieron la tasa de referencia en México, pasó de 3.0% en noviembre de 2015 a un máximo de 8.25% en diciembre de 2018, es decir, un alza de 5.25 puntos porcentuales.
Lo anterior trajo como consecuencia que la tasa promedio ponderada de las tarjetas de crédito aumentó de 30.20% a 34.91%, es decir, 4.71 puntos más para el mismo lapso, con el agravante que para agosto de 2019 llegó a un máximo de 34.77%, el mayor nivel del que se tenga registro desde agosto de 2009, según datos de Banxico.
La tarjeta de crédito es una de las formas más populares de financiamiento bancario en el país, con alrededor de 18.8 millones de plásticos en circulación con un límite promedio de financiamiento de 58.7 mil pesos; sin embargo, a causa de la pandemia, de marzo de 2020 a diciembre de 2021, el saldo total de este producto ha reportado una caída de 11.6% una vez descontada la inflación.
Conforme al registro más reciente, la tasa de interés promedio ponderada de la tarjeta de crédito en México se ubicaba en 33.41%. Así, de confirmarse las expectativas de los expertos, este año la tasa de este instrumento volverá a subir e incluso puede superar su máximo histórico.
“De manera directa todos los créditos referenciados a la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) van a subir. El resto de tasas de otro tipo de créditos también van a subir, pero no es un efecto proporcional”, explicó el subdirector de análisis económico de Vector Casa de Bolsa, Luis Adrián Muñiz.
Por ejemplo, hay créditos hipotecarios a tasa variable referenciados a la TIIE que se van a ver impactados, pero hay otros que no deberían verse tan afectados, como los créditos al consumo, pues tienen un diferencial muy importante entre la tasa activa (la que cobran los bancos por el crédito) y la pasiva (la que pagan por recursos para prestar), lo que debería amortiguar el impacto del alza, explicó.