Los incendios del año pasado en la misma zona quemaron la cantidad sin precedentes de entre 7.500 y 10.400 de los 75.000 árboles que sólo son nativos de unas 70 arboledas dispersas en el lado occidental de la Sierra Nevada.
La combinación de un planeta que se calienta que ha provocado sequías más calientes y un siglo de supresión de incendios que asfixió a los bosques con una espesa maleza ha avivado incendios que suponen una sentencia de muerte para los árboles que se remontan a civilizaciones antiguas.