Ciudad de México
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha evitado este viernes atender a los migrantes de Ciudad Juárez que reclamaban justicia por el brutal incendio en un edificio del Instituto Nacional de Migración (Inami), que ha dejado al menos 39 muertos y 17 heridos graves. El mandatario salía de una reunión privada sobre los Bancos del Bienestar en la ciudad fronteriza cuando algunos de los migrantes y activistas se han interpuesto delante de su camioneta para evitar que se marchara sin dar respuestas. El presidente no ha comentado nada sobre el siniestro, solo ha señalado a una de las manifestantes: "Se me hace que te mandó Maru", en referencia a la gobernadora panista de Chihuahua, Maru Campos.
El incendio del lunes en un centro de control federal es una de las mayores tragedias del sexenio de López Obrador. Los migrantes estaban encerrados en una celda cuando se desató el fuego. Ninguno de los guardias ni responsables del Gobierno les abrió la reja, según se observa en un video de la cámara de seguridad. La secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, señaló en el mismo sentido en una conferencia de prensa: "Nadie fue capaz de abrir la puerta".
La investigación, a cargo de la Fiscalía General de la República, apunta a tres trabajadores federales, dos guardias de seguridad y un migrante como responsables. Los acusa de los delitos de homicidio y lesiones. Ya se han liberado cinco órdenes de aprehensión. El presidente señaló el martes que los migrantes habían provocado el fuego quemando unas colchonetas como forma de protesta porque iban a ser deportados. Todavía no hay respuestas a cómo consiguieron los detenidos la chispa, tampoco a si los guardias recibieron alguna instrucción para no abrir el candado que tenía encerrados a los migrantes.
NO HABRÁ IMPUNIDAD
En las conferencias de prensa de esta semana, desde Ciudad de México, el presidente ha asegurado que la tragedia del Inami no iba a quedar impune. Este mismo viernes, López Obrador definió el incendio de Juárez como uno de los momentos más difíciles de su Gobierno: "Lo doloroso que ha sido este caso, o sea, para mucha gente, y lo confieso, me ha dolido mucho, me ha dañado. (...) Me partió el alma". Sin embargo, horas más tardes, el mandatario ha vivido una tensa situación en el que su camioneta trataba de avanzar empujando a los manifestantes, mientras los migrantes gritaban justicia a su alrededor.